Personal especialmente equipado intervino en la atención de la fuga. Aquí revisan uno de los cilindros. /Foto: Cortesía de El Tiempo de Barcelona.
Eran
alrededor de las 8:00 de la noche del día 16 del mes de septiembre, del año
2009, cuando una inmensa gandola cargada con cilindros de gas cloro chocó con
otro camión en las cercanías de la población de Clarines, en el estado
Anzoátegui, al oriente de Venezuela.
El
impacto de la unidad de transporte del químico,
ocasionó que el gas se escapara de algunos contenedores. El peligroso tóxico
fue inhalado por decenas de personas ubicadas en las inmediaciones de la
carretera. Hay que tomar cuenta también que cuando ocurren accidentes viales en
Venezuela, regularmente decenas de personas se acercan al siniestro, algunas
para ayudar y la mayor parte por simple curiosidad. Esta vez no fue la
excepción y muchos de los afectados sufrieron las consecuencias de su
imprudencia.
En
cuestión de pocas horas las tragedia cobró la vida de 14 personas en tanto más
de 100 resultaron seriamente afectadas, algunas de suma gravedad en los órganos
respiratorios.
Aunque
no hubo un seguimiento pormenorizado de los casos de personas hospitalizadas,
la cifra final de muertes se cerró en 14. Este accidente califica como desastre
tecnológico, uno de los más importantes ocurridos en Venezuela.
Ya
nos pasó…nos puede volver a pasar
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