lunes, 4 de mayo de 2015

Jaime Laffaille: ¿No será que las casas inundan los ríos?


El domingo 3 de mayo se apagó la vida de un merideño excepcional: Jaime Laffaille. Sí, merideño porque aunque nacido en otras tierras supo integrarse a la genética de Mérida en una comunión tan cercana que como era de esperarse termina en una franca unidad sobre la tierra que tanto revisó, al derecho y al revés. Era físico, sismólogo, desastrólogo. Pero todo ese conocimiento lo reinterpretó para hacerlo accesible a los neófitos en placas, fallas y magnitudes.



 Jaime no desperdiciaba ocasión para aclarar  lo que representa para Mérida y Venezuela vivir en un territorio sísmico. Un sismólogo que se esforzó por bajar el conocimiento hasta el ciudadano de a pie / Foto: YD


Adelfo Solarte


Un buen día invitaron a Jaime Laffaille a dar una charla sobre terremotos en un apartado pueblito merideño. Ocupado como estaba y atareado por sus muchos responsabilidades, no se le ocurrió nada mejor que decir que sí. Fue al pueblito y vino como quien regresa de una conferencia de la ONU, con cara de labor cumplida.
Jaime era así: llano, franco, accesible…Disponible. Para él era tan importante atender una preocupación vecinal en una junta de condominio espantada porque “ayer tembló y el edificio se meció mucho”, hasta un cónclave de expertos convocado por la Fundación venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) o cualquier otro ente científico.
Sencillamente decir que no, no era parte de su repertorio de respuesta cuando había la necesidad de informar, decir las cosas, aclarar dudas.
En gran medida los proyectos de Jaime estaban inspirados en una urgencia por compartir conocimientos. Desde aquella intención de darle vida al Ceapris (luego Fundapris) hasta sus artículos, publicaciones y uso de las redes con empeño de esmerado comunicador del riesgo.
Jaime Laffaille siempre estaba allí. Era voz oportuna, claridad ante temas que a veces preferimos no tocar porque implican asumir duras responsabilidades políticas, sociales, económicas y humanas. Y es que como experto en gestión del riesgo de desastres, Jaime sabía que había que poner el dedo en la conciencia pública sobre lo que nos jugamos sino asumimos la prevención, la reducción del riesgo, la comprensión de las amenazas, la naturaleza de nuestras vulnerabilidades.
Atando datos científicos, mezclados con una original y muy acertada forma de exponer nuestra naturaleza humana y nuestros rasgos culturales, Jaime recorrió la historia sísmica de Venezuela y se asomó a eventos tan notorios como el Terremoto y Tsunami de Japón del 2011 para ver en estos acontecimientos, las claves del comportamiento humano ante los fenómenos que expresan el sentir vivo del planeta.
Hablaba de crecidas, de derrumbes, de terremotos, de volcanes y huracanes, de sequías e inundaciones, de crecidas y tornados. Pero nunca habló mal de la Tierra. Siempre dejó en claro que la culpa de los desastres era la suma de nuestra inconsciencia como sociedad pero también de actos con nombres y apellidos que nada tenían que ver con la mala suerte u otras responsabilidades divinas.
Jaime Laffaille se despidió un domingo 3 de mayo de 2015 de Mérida, su telúrico hogar. Se fue el hombre- físico pero quedan sus historias contadas con el mismo rostro de mirada limpia y sonrisa  abierta. De ahora en más, Mérida necesitará leer y darle sentido a cada una de sus historias.




Una vez Jaime se preguntó cómo representar visualmente el riesgo. Con esta imagen lo logró. /Foto: JL



Un Notisismo para aprender

Una de las mejores ventanas para conocer el empeño de Jaime Faffaille por contar de manera interesante, entretenida y creativa aquellos episodios históricos que marcan nuestra actual situación sísmica es el famoso espacio Notisismo. Allí, como diría el mismo, se “echaba el cuento” para que todos entendieran. Lo genial era que esto lo hacía sin perder el dato riguroso, el número exacto, la fuente apropiada. Estaba hecho para aprender. Aquí dejamos la dirección:

 http://www.cecalc.ula.ve/blogs/notisismo

4 comentarios:

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  2. Excelente persona. Lamento su desaparición física. Siempre atento a las llamadas que le hicimos a través de Radio Fe y Alegría. Que descanse en paz, mucho consuelo a la familia y amigos. Héctor Cortez

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  3. Querido Jaime, ya hace 6 meses que nos dejaste y mira estos remesones de los ultimos dias. De lo que te perdiste ! Fuiste por muchos años 800-Jaime para mi. Como haces falta.

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  4. Sin dudas uno de los mejores docentes que he conocido, no solo por su calidad intelectual, tambien por su calidad personal. Su trabajo es y será referencia para muchas generaciones.

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