El domingo 3 de mayo se apagó
la vida de un merideño excepcional: Jaime Laffaille. Sí, merideño porque aunque
nacido en otras tierras supo integrarse a la genética de Mérida en una comunión
tan cercana que como era de esperarse termina en una franca unidad sobre la
tierra que tanto revisó, al derecho y al revés. Era físico, sismólogo,
desastrólogo. Pero todo ese conocimiento lo reinterpretó para hacerlo accesible
a los neófitos en placas, fallas y magnitudes.
Jaime no desperdiciaba ocasión para aclarar lo que representa para Mérida y Venezuela vivir en un territorio sísmico. Un sismólogo que se esforzó por bajar el conocimiento hasta el ciudadano de a pie / Foto: YD
Adelfo Solarte
Un
buen día invitaron a Jaime Laffaille a dar una charla sobre terremotos en un
apartado pueblito merideño. Ocupado como estaba y atareado por sus muchos
responsabilidades, no se le ocurrió nada mejor que decir que sí. Fue al
pueblito y vino como quien regresa de una conferencia de la ONU, con cara de
labor cumplida.
Jaime
era así: llano, franco, accesible…Disponible. Para él era tan importante
atender una preocupación vecinal en una junta de condominio espantada porque
“ayer tembló y el edificio se meció mucho”, hasta un cónclave de expertos
convocado por la Fundación venezolana de Investigaciones Sismológicas
(Funvisis) o cualquier otro ente científico.
Sencillamente
decir que no, no era parte de su repertorio de respuesta cuando había la
necesidad de informar, decir las cosas, aclarar dudas.
En
gran medida los proyectos de Jaime estaban inspirados en una urgencia por
compartir conocimientos. Desde aquella intención de darle vida al Ceapris
(luego Fundapris) hasta sus artículos, publicaciones y uso de las redes con
empeño de esmerado comunicador del riesgo.
Jaime
Laffaille siempre estaba allí. Era voz oportuna, claridad ante temas que a
veces preferimos no tocar porque implican asumir duras responsabilidades
políticas, sociales, económicas y humanas. Y es que como experto en gestión del
riesgo de desastres, Jaime sabía que había que poner el dedo en la conciencia
pública sobre lo que nos jugamos sino asumimos la prevención, la reducción del
riesgo, la comprensión de las amenazas, la naturaleza de nuestras
vulnerabilidades.
Atando
datos científicos, mezclados con una original y muy acertada forma de exponer
nuestra naturaleza humana y nuestros rasgos culturales, Jaime recorrió la
historia sísmica de Venezuela y se asomó a eventos tan notorios como el
Terremoto y Tsunami de Japón del 2011 para ver en estos acontecimientos, las
claves del comportamiento humano ante los fenómenos que expresan el sentir vivo
del planeta.
Hablaba
de crecidas, de derrumbes, de terremotos, de volcanes y huracanes, de sequías e
inundaciones, de crecidas y tornados. Pero nunca habló mal de la Tierra.
Siempre dejó en claro que la culpa de los desastres era la suma de nuestra
inconsciencia como sociedad pero también de actos con nombres y apellidos que
nada tenían que ver con la mala suerte u otras responsabilidades divinas.
Jaime
Laffaille se despidió un domingo 3 de mayo de 2015 de Mérida, su telúrico
hogar. Se fue el hombre- físico pero quedan sus historias contadas con el mismo
rostro de mirada limpia y sonrisa
abierta. De ahora en más, Mérida necesitará leer y darle sentido a cada
una de sus historias.
Una
vez Jaime se preguntó cómo representar visualmente el riesgo. Con esta imagen
lo logró. /Foto: JL
Un Notisismo para
aprender
Una
de las mejores ventanas para conocer el empeño de Jaime Faffaille por contar de
manera interesante, entretenida y creativa aquellos episodios históricos que
marcan nuestra actual situación sísmica es el famoso espacio Notisismo. Allí,
como diría el mismo, se “echaba el cuento” para que todos entendieran. Lo
genial era que esto lo hacía sin perder el dato riguroso, el número exacto, la
fuente apropiada. Estaba hecho para aprender. Aquí dejamos la dirección:
http://www.cecalc.ula.ve/blogs/notisismo
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ResponderEliminarExcelente persona. Lamento su desaparición física. Siempre atento a las llamadas que le hicimos a través de Radio Fe y Alegría. Que descanse en paz, mucho consuelo a la familia y amigos. Héctor Cortez
ResponderEliminarQuerido Jaime, ya hace 6 meses que nos dejaste y mira estos remesones de los ultimos dias. De lo que te perdiste ! Fuiste por muchos años 800-Jaime para mi. Como haces falta.
ResponderEliminarSin dudas uno de los mejores docentes que he conocido, no solo por su calidad intelectual, tambien por su calidad personal. Su trabajo es y será referencia para muchas generaciones.
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