Las inundaciones de Apure en 2002 afectaron a decenas
de miles de
venezolanos y colombianos
Parece
estar muy claro que ese asunto de las fronteras es una invención de los seres
humanos para poner orden sobre la posesión de sus territorios y países.
Es
por ello que cuando el viento sopla raudo no se detenga en los puestos
fronterizos a dar explicaciones sobre su viaje de un país a otro. Suele pasar
lo mismo con otros fenómenos meteorológicos, como por el ejemplo la
lluvia.
En
nuestro país, específicamente en los llanos occidentales (zona ocupada por los
estados Portuguesa, Barinas y Apure) las precipitaciones, las suelen aprovechar
la característica de llanura inundable para construir enormes lagos.
En
el año 2002, durante el mes de julio, al estado Apure le tocó compartir sus
desventuras ante una gran inundación con
algunos pueblos hermanos de Colombia. /AS
Ya
nos pasó… nos puede volver a pasar
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