Cinco años después del terremoto, las
agencias de ayuda sostienen que se han logrado progresos en instruir a las comunidades
sobre lo que tienen que hacer cuando se presenta un desastre, incluyendo
sistemas de advertencia temprana, ejercicios de simulación e identificación de
albergues. Pero cada desastres ocupa la atención que debía dirigirse hacia los
problemas de fondo.
Por Anastasia Moloney / Thomson Reuters Foundation / Material tomado de la página: http://es.investing.com/
Claude
Enrico sobrevivió al terremoto que devastó Haití hace cinco años y ayudó a
rescatar a las personas que quedaron atrapadas entre los escombros en la
destruida capital Puerto Príncipe.
Ahora
se dedica a salvar más vidas en el país caribeño, propenso a los desastres.
Ubicado
sobre dos fallas geológicas y en la trayectoria de huracanes, Haití está entre
los países con mayor riesgo de sufrir desastres naturales en el mundo,
incluyendo inundaciones, tsunamis y sequías.
El
terremoto, de magnitud 7, que sacudió el país el 12 de enero del 2010, dejando
más de 220.000 muertos, fue una llamada de advertencia para el Gobierno y las
agencias de ayuda internacional sobre la imperiosa necesidad de proteger a los
haitianos de los desastres y generar una resistencia entre las comunidades para
tolerar los impactos.
"Tenemos
que aprender a vivir con los fenómenos naturales", dijo Enrico, de 37
años, un funcionario de protección civil del Ministerio del Interior de Haití.
"Es
inevitable que se produzcan año tras año. Por lo que debemos entrenar a las
personas sobre lo que deben hacer en una emergencia y asegurar que las familias
tengan un plan de evacuación", agregó.
Red de Voluntarios
Enrico
pertenece a una red de 3.000 voluntarios recién entrenados y personal a sueldo,
creada a raíz del terremoto, que trabaja en las 10 provincias de Haití.
Capacitados
en primeros auxilios y respuestas a emergencias, están al frente de los
esfuerzos del Gobierno para garantizar que Haití esté mejor preparado para enfrentar
los desastres y pueda salvar más vidas.
"Todavía
nos faltan equipos, bomberos y más personas tienen que ser entrenadas. Pero las
comunidades son más conscientes sobre cómo estar seguras. Uno de nuestros
mensajes claros es decirle a la gente que no cruce los ríos durante una
inundación porque es así como a menudo las personas mueren", dijo Enrico
en el Centro Nacional de Operaciones de Emergencia (COUN) en el centro de
Puerto Príncipe.
Construido
en el 2010 después del terremoto, el centro es el lugar dónde se reúnen los
ministerios del Gobierno y las agencias de ayuda para coordinar la respuesta a
los desastres. El centro, que incluye un depósito que contiene agua, colchones,
kits de higiene y alimentos, ha sido puesto a prueba.
Una
epidemia de cólera en octubre del 2010, que causó la muerte de más de 9.000
personas, tuvo lugar, seguida de varias tormentas tropicales, incluido el
huracán Sandy, que mató a 54 personas y obligó a 100.000 haitianos a evacuar
sus hogares en el 2012.
"En
Haití, es la acumulación y combinación de desastres lo que ejerce presión en el
Gobierno y la gente", dijo Thomas Pitaud, asesor técnico principal del
Gobierno en sistemas nacionales de gestión del riesgo de desastres.
Cada
año en partes de Haití, casas y animales son arrastrados, los campos inundados,
las cosechas de alimentos y las tierras de pastoreo destruidas por tormentas e
inundaciones, lo que eleva el precio de los alimentos.
Con
un 60 por ciento de la población de 10 millones de haitianos viviendo con menos
de 2 dólares diarios, incluso una pequeña alza en el precio de los alimentos
puede significar que las familias no logren llevar suficiente comida a la mesa.
Preparación para
desastres
Cinco
años después del terremoto, las agencias de ayuda sostienen que se han logrado
progresos en instruir a las comunidades sobre lo que tienen que hacer cuando se
presenta un desastre, incluyendo sistemas de advertencia temprana, ejercicios
de simulación e identificación de albergues.
Otros
proyectos incluyen la construcción de muros de contención y canales de drenaje,
junto con planes de protección de cuencas y diques para conservar los
suministros de agua y reducir el impacto de las inundaciones y los
deslizamientos de tierra.
Pero
esos esquemas, junto con los esfuerzos de haitianos como Enrico, tienen sus
limitaciones para reducir la alta exposición a los desastres que enfrenta
Haití.
En
primer lugar, se han logrado muchos menos progresos de lo esperado en la
reducción de riesgos de desastres, y en hacer más seguras todas las nuevas
viviendas, hospitales y escuelas que se construyen para resistir un terremoto.
"Hay
un ambiente que está muy degradado", dijo Pitaud, quien también trabaja
para el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD) en Haití.
"Estamos
respondiendo constantemente a una catástrofe tras otra, de modo que es difícil
enfocarse a reducir los riesgos en el largo plazo y obtener financiación",
aseveró.