martes, 16 de junio de 2015

Cambio Climático y GRD buscan espacio en la agenda pública

En opinión del especialista Jesús Peña – ingeniero forestal y comunicador social -,  el clima representa para los gestores del riesgo de desastre una variable primordial, puesto que al menos un 85 por ciento de los desastres en el mundo están directamente relacionados con las condiciones climáticas e hidrometeorológicas.

Los efectos del cambio climático inciden en las acciones de gestión de riesgos, fundamentalmente en los espacios locales.
Nilsa Gulfo

Desde hace rato los organismos internacionales   han puesto la vista en las condiciones climáticas y sus consecuencias en las actividades productivas y sociales del planeta. 
Los debates en este sentido, giran en torno a la imposibilidad de muchos gobiernos- sobre todo de América Latina- de hacer frente a las pérdidas humanas y económicas cuando fenómenos hidrometeorológicos como lluvias extremas, huracanes, deslaves y otros desastres, se hacen presentes.
A decir de un estudioso del tema como lo es el Ingeniero Forestal y Comunicador Social Jesús Peña, el clima representa para los gestores del riesgo de desastre, una variable primordial, puesto que al menos un 85 por ciento de los desastres en el mundo están directamente relacionados con las condiciones climáticas e hidrometeorológicas.
“Desde el punto de vista económico y social, muchas de las actividades productivas y sociales son altamente dependientes del clima. La agricultura, la hidroelectricidad, el abastecimiento de agua potable, la pesca y ganadería, entre otros, son algunos ejemplos”,  recalcó.
Explicó Peña que con el cambio climático y sus nuevas amenazas se supone que el nivel de riesgo puede aumentar, lo que hace aún más imperativa una gestión del riesgo que cumpla su meta fundamental y, a la vez, busque mejoras importantes en los procesos de gestión y gobernanza del riesgo en comparación con lo logrado históricamente.
Asegura que en cuanto a sus orígenes, ambas estrategias, la gestión del riesgo de desastres  y la adaptación al cambio climático, nacen de forma separada, aunque persiguen fines genéricos comunes como el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza. No obstante, en su opinión, los gobiernos deben tener en cuenta ambas variables cuando de planificación se trate.

En busca de un lugar en agenda

De acuerdo a la opinión de Jesús Peña, quien además es periodista con una maestría en Planificación y Ordenamiento del Territorio (ULA), los gobiernos locales están en la obligación de incluir en la agenda pública la Gestión de Riesgos y el Cambio Climático como variables fundamentales que permitan asegurar condiciones para un desarrollo con visión de sostenibilidad.
“Por un lado –dijo-  tomar en cuenta el cambio climático, significa tener en consideración el patrón de recurrencia, intensidad o incidencia de eventos climáticos que pueden estar en un rango que abarca desde los eventos extremos hasta los de menor intensidad, pero siempre con la potencialidad de generar efectos negativos en la sociedad, como la ocurrencia de desastres”.
Agregó que, por otro lado, está la  gestión que implica intervenciones en los procesos de desarrollo para reducir las causas que generan la exposición, las amenazas y la vulnerabilidad, además de  la promoción de procesos de respuesta y reconstrucción complementarios a las decisiones de desarrollo y seguridad./ NG /  CNP:  6779.



En lo local está la clave


Jesús Peña, ingeniero y periodista,  recalcó la necesidad de que sean los gobiernos locales los que asuman el compromiso de vincular tanto la gestión del riesgo ante desastres como el cambio climático, pues son ellos los que están más cercanos a las comunidades que están amenazadas y propensas a sufrir los efectos  de los desastres hidrometeorológicos.

YA NOS PASÓ / El desastre nuclear de Tokaimura


El evento cataloga en la categoría de "desastres tecnológicos"

El accidente nuclear de la plata de tratamiento de combustible (uranio) - ubicada en Tokaimura (Japón),  a 120km del nordeste de Tokio, en la Prefactura de Ibaraki- tuvo lugar el 30 de septiembre de 1999, en el edificio de conversión de esas instalaciones.

Específicamente en la mañana del 30 de septiembre de 1999, cuando el volumen alcanzó los 40 litros, equivalentes a 16 kilogramos de uranio, muy superior a la cantidad inicialmente limitada, se alcanzó la masa crítica necesaria para que se iniciara una reacción de fisión nuclear en cadena auto-mantenida, acompañada de la emisión de neutrones y radiación gamma.

El accidente afectó directamente a los tres operarios que preparaban la muestra, que tuvieron que ser hospitalizados, dos de ellos en condiciones críticas, y que murieron uno a las 12 semanas y otro, transcurridos 7 meses.
Además, 56 trabajadores más de la planta se vieron expuestos a la radiación, de los cuales, al menos 21 personas recibieron dosis importantes y tuvieron que estar bajo evaluación médica.

En un radio de 200 metros alrededor de la instalación, fue restringido el acceso, y de forma adicional, las autoridades japonesas establecieron medidas de evacuación de 161 personas, de las zonas situadas a una distancia de 350 metros de la planta.

Como medida preventiva, las 310.000 personas que vivían a 10 km fueron avisadas para que no salieran de sus hogares, hasta que la situación estuviera bajo control, durando su confinamiento 18 horas.

Ya nos pasó…Nos puede volver a pasar

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MÉXICO

Mediante la igualdad de géneros
Enseñan a actuar ante desastres

La Coordinación Nacional de Protección Civil bajo la Dirección de Coordinación Estatal y Municipal del estado de Hildalgo, en México, realizó el taller denominado “La igualdad de Género en la Gestión Integral del Riesgo de Desastres”.

El curso fue dirigido a instancias de la Mujer, Sistema DIF y Protección Civil de diferentes municipios, con el objetivo de que los participantes fortalezcan sus capacidades y habilidades en el manejo de riesgos de desastres.

También se buscó que adquieran una visión que les permita facilitar la transición de la visión del desastre como emergencia a la propuesta del manejo integral de riesgo con perspectiva de género, y desde la prevención, promover políticas públicas vinculadas con la promoción de la cultura de protección. / Información tomada del portal: www.criteriohidalgo.com




PERÚ

Instala comisión para reducir
impacto por lluvias

La Presidencia del Consejo de Ministros de Perú instaló la Comisión Multisectorial de Naturaleza Temporal ante Lluvias Intensas, a fin de identificar y ejecutar acciones de intervención multisectorial en los tres niveles de gobierno.
La secretaría técnica de la Comisión Multisectorial estará a cargo de la Secretaría de Gestión del Riesgo de Desastres (SGRD).

En ese sentido, precisa que el Estado a través del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Sinagred), busca que el impacto de los desastres y emergencias sea cada vez menor en la población, en sus propiedades e infraestructura pública.

"Por ello es necesario realizar acciones de carácter multisectorial que reduzcan los riesgos, y en este caso prepararse ante las lluvias intensas, así como por los efectos del Fenómeno El Niño, brindando alternativas de solución que permitan salvaguardar la vida de las personas, su patrimonio e infraestructura pública, manifestó Julio Pflucker Yépez, secretario de la SGRD.

Informó que en la reunión se aprobó, además, la conformación de tres subcomisiones: a) De acciones urgentes para viabilizar la ejecución de actividades de rehabilitación en las zonas declaradas en estado de emergencia por lluvias intensas, liderada por Indeci, b) Para la preparación del Plan de Acciones Multisectoriales por ocurrencia del Fenómeno El Niño, y c) Para la preparación del Plan Multisectorial ante lluvias 2015−2016, esta últimas lideradas por el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri). / Información tomada parcialmente del portal: www.entornointeligente.com/



Un aspecto de la reunión en la que las autoridades peruanas crearon la nueva instancia.


lunes, 8 de junio de 2015

INVIERNO EN PRIMAVERA / El desastre de Pueblo Llano y Santo Domingo...Doce años después

La palabra tragedia, o si lo prefieren desastre o calamidad, saltan sobre el teclado cuando se busca la forma más apropiada para describir lo ocurrido en el páramo merideño el 3 de junio del año 2003. Alrededor de treinta personas fallecieron luego de varias crecidas que sorprendieron a los habitantes horas antes del amanecer. Doce años después la lección aprendida indica que la vulnerabilidad está por todos lados.


En Pueblo Llano la quebrada La Sucia causó severos daños a decenas de viviendas.

Adelfo Solarte

El 3 de junio de 2003 se concretó la que luego sería conocida como la Tragedia de Pueblo Llano y Santo Domingo. Ambas poblaciones se asientan en el territorio domingo por la Cuenca del río Santo Domingo. Lluvias intensas, la forma del terreno, las características geomorfológicas de la zona y la ubicación inadecuadas de viviendas, infraestructura y servicios en zonas de alto riesgos, se unieron para desencadenar una tragedia que cobró la vida de alrededor de 30 personas.
Según el Ing. Geólogo, Giovanny Rosales, distinguido del Cuerpo de Bomberos, consultado por los investigadores María Luisa Olivero, Julián Aguirre Pe y Alix Moncada “el desastre ocurrido en el municipio Pueblo Llano se desarrolló en varias etapas”.
La explicación técnica indica que “se registraron precipitaciones continuas (días antes del 3 de junio) con altos niveles de pluviosidad en la parte alta de la microcuenca, así como infiltración y percolación de agua a través de los estratos u horizontes del suelo y roca, y debido a que el terreno no pudo retener más agua, se produjo la saturación y originó escorrentía superficial, descargando el fluido en drenajes y aumentando el caudal de las quebradas”.

Una roca y un puente

Según el artículo científico titulado “Fenómenos relacionados con los movimientos de barros y escombros ocurridos en la zona del páramo de Mérida en junio 2003”, elaborado por los profesores
Maria Luisa Olivero, Julián Aguirre Pe y Alix Moncada, uno de los puntos críticos de la tragedia del Pueblo Llano y santo Domingo fue la obturación (taponamiento) de la quebrada La Sucia por una roca que, con la fuerza de la crecida, bajó de la montaña y se incrustó en un puente sobre la carretera Trasandina.
“Se observó la quebrada tanto aguas arriba como  hacia aguas abajo, donde desemboca hacia el río Santo Domingo. La zona presenta claras evidencias de una enorme roca (hoy destruida), que obstruyó el paso del agua por debajo del puente. Esta roca ocasionó que los materiales sólidos que arrastraba la quebrada pasaran por encima de la carretera inundando viviendas que se encontraban construidas en la margen izquierda del río Santo Domingo donde la quebrada la Sucia desemboca en el río después de pasar el puente”, explica la observación de los expertos.

Instalaciones deportivas, puentes, postes, acueductos y otros sufrieron daños en la crecidas del 2003 en el páramo.


El primero de la lista

Como todos los merideños han de recordar, la llamada Tragedia del Mocotíes, fue un desastre socionatural ocurrido del 11 al 16 de febrero de 2005 y que durante una semana afectó a las poblaciones de Santa Cruz de Mora, Tovar, Zea, Bailadores, La Playa, San Francisco, entre otras y que por el número de víctimas (estimado en 200 por algunas fuentes) se constituye en el peor evento de tipo hidrometeorológico ocurrido en Mérida en la historia contemporánea. También es uno de los 10 eventos más significativos de este tipo en Venezuela.



YA NOS PASÓ / El sismo más fuerte después de Cariaco




El 12 de septiembre del año 2009 se produjo el que se considera el sismo más fuerte hasta ahora ocurrido en Venezuela luego del terremoto de Cariaco.

Como es del conocimiento de muchos venezolanos, el Terremoto de Cariaco de 1997, ocurrió en la localidad de Cariaco, en el Estado Sucre (región oriental de Venezuela) el día 9 de julio de 1997 a las 3:23 de la tarde hora local. Tuvo una magnitud de 7.0 y su movimiento registró una duración aproximada de 51 segundos.  También es bueno recordar que el terremoto de Cariaco se considera, a su vez, el más grave ocurrido en Venezuela desde el terremoto que afectó a la ciudad de Caracas el 29 de julio de 1967 por lo que los datos de Cariaco constituyen referentes contemporáneos de primer orden en el país a la hora de considerar la proporción de los sismos más recientes.

Pues bien, después de Cariaco el evento sísmico ocurrió más fuerte suscitado en Venezuela se produjo en la zona centro- norte del país el 12 de septiembre de 2009. Según Funvisis (Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas), se registró con una magnitud de 6.4, con una profundidad de 15.9 km, a las 3:36 de la tarde Hora Local en Venezuela y tuvo una duración aproximada entre 25-30 segundos.

El epicentro se registró a 28 km de la localidad de Morón y a unos 300 km de Caracas.  Este sismo de septiembre de 2009  ha sido el más intenso luego del Terremoto de Cariaco de 1997. Según Funvisis el sismo se asoció con sistema de fallas de San Sebastián y La Victoria.

Ya nos pasó…Nos puede volver a pasar.


FUE NOTICIA ESTA SEMANA

COLOMBIA

Vendaval afectó viviendas
de más de 400 familias

La semana pasada las autoridades de prevención y atención de desastres de Sucre y Córdoba (en Colombia) reportaron destrozos y apagones en varios municipios como consecuencia de lluvias acompañadas de fuertes vientos que destecharon viviendas y derribaron torres de telefonía celular.

El municipio de La Unión, Sucre, quedó sin servicio de telefonía móvil y de energía  tanto en la zona urbana como rural.

El coordinador de la Unidad de Gestión de Riesgo en Sucre, José Vega, reportó 300 viviendas destechadas, árboles, postes y líneas de energía derribadas.

Juvenal Ponce, jefe del Distrito Sucre de Electricaribe dijo a las 4:15 de la tarde del pasado sábado  que aún no habían podido restablecer el servicio de energía en los municipios de La Unión y Caimito porque los vientos afectaron todas las redes. / Información tomada del sitio: www.elheraldo.com.co

Los vendavales pueden tener severas consecuencias sobre la infraestructura


CUBA

Unicef apoya iniciativa para
formar a niños en GRD

El fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), con el Ministerio de Educación, Medio Ambiente y la Defensa Civil comenzó en Cienfuegos y Villa Clara un Proyecto ante desastres por riesgos, amenaza y vulnerabilidades de las escuelas y hacia comunidades.

Es un proyecto educativo con materiales didácticos, juegos y superación, que da cumplimiento al Artículo 133 de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partico y la Revolución, aprobado en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba para sostener y desarrollar investigaciones integrales.

Lo aplican en escuelas rurales de zonas costeras y montañosas de los municipios de Cumanayagua y Manicaragua. Por ejemplo, en casi una veintena de centros cienfuegueros se benefician en la formación de valores y en la superación docente, mil 900 niños y 350 profesores, respectivamente participan.

Fue implementado el año pasado en Sancti Spíritus, con resultados positivos explica el Asesor de Superación y Trabajo Científico de la Dirección Provincial de Educación en Cienfuegos, Licenciado Pedro Asael Alejo Martínez.


Cumanayagua trabaja en centros escolares enclavados desde la zona rural de Arimao hasta Yaguanabo, en la de la Loma Ventana Sierrita-Cuatro Vientos y en El Mamey, El Nicho y Crucesitas. Camilo Cienfuegos, con Guajimico, San Juan, El Sopapo, San Blas y Mayarí, entre otros. / Información tomada del sitio: www.radiorebelde.cu/ 

El plan lo aplican en escuelas rurales de zonas costeras y montañosas de los municipios de Cumanayagua y Manicaragua.


martes, 2 de junio de 2015

MÉRIDA / Comunicadores por la Gestión del Riesgo formaliza su estatus



La idea es seguir trabajando por el acercamiento de los periodistas y comunicadores en general hacia un tema urge ser incluido en las agendas.


A mediados del mes de octubre del año 2011 Mérida fue escenario del nacimiento de la primera organización venezolana conformada por periodistas interesados en la promoción de la Gestión del Riesgo ante desastres socionaturales y tecnológicos.

En esa ocasión se bautizó la iniciativa como Comunicadores por la Gestión del Riesgo (ComRies) y se inició un camino dedicado a incentivar, primeramente, el tema de la gestión de desastres en la actividad periodísticas.

ComRies parte de la certeza de que la comunicación es una de las principales herramientas para la prevención y que en los tiempos que corren esa comunicación está representada en gran medida por los medios y, por ende, es fundamental involucrar a los periodistas en las acciones para prevenir o mitigar los desastres, cada vez más frecuentes en nuestro país.

Enfocados en ese ideal, Adelfo Solarte, uno de los fundadores de este proyecto, anunció que durante este mes de junio ComRies se convertirá jurídicamente en una Asociación Civil sin fines de lucro. “Ya tenemos listo los estatutos y lo que ha de ser el acta constitutiva. Hemos estado recibiendo el apoyo del equipo jurídico de Uniandes, en la persona del doctor José Gregorio Delgado, y asesoría de otras organizaciones”, explicó Solarte.


Llamó a los periodistas de Mérida y de otras regiones del país, a estar atentos al llamado a Asamblea para sumarse a este proyecto, único en su tipo en Venezuela. /NG /CNP: 6770


Mérida: las crecidas que nos marcaron

La semana pasada en este espacio pusimos la mirada en el elemento memoria. Es decir, en recodar aquello que la historia nos ha dejado como ejemplo de desastres. En esa ocasión el tema sísmico ocupó ese ejercicio de recordación. Hoy lo hacemos con tres eventos hidrometeorológicos que, conjugados con nuestras condiciones geográficas, se erigen como las crecidas que nos marcaron.


Un aspecto de los efectos de las crecidas generadas por  la vaguada de febrero de 2005 sobre el Valle del Mocotíes.


Adelfo Solarte

“Si hiciéramos el ejercicio de pensar cuál es la fuente primaria de la vulnerabilidad, cuál es el origen primario del que emanan todas las demás vulnerabilidades, pudiéramos atrevernos a sugerir que las fuentes de éstas descansan en la ignorancia y el olvido. Una ignorancia que nos impide saber cómo convivir mejor con el territorio que ocupamos y sus dinámicas, y un olvido que impide que asimilemos las lecciones que en nuestros países han dejado los desastres del pasado”.
Así lo explicaba, llano y claro, el doctor Alejandro Liñayo, experto en el tema de la gestión del riesgo, ex Viceministro de Protección Civil y fundador del Centro de Investigación en Gestión Integral del Riesgo (Cigir). Liñayo se refería a esos dos males que inciden en la recurrencia de los desastres: la ignorancia y el olvido.
En cuanto al olvido, recordar, refrescar, hacer memoria, puede ser una buena medicina, sobre todo en aquellas partes del mundo en la que es más o menos cíclica la ocurrencia de desastres.
Mérida, por ejemplo, posee una configuración geográfica que la hace susceptibles a los llamados movimientos de masas. Si además tomamos en cuenta el factor lluvia, tendremos razones para suponer que es muy alto el riesgo ante desastres del tipo hidrometeorológicos.
Así ha pasado varias veces en nuestra historia reciente. Mencionamos tres de esos eventos, a los cuales no debemos olvidar, so pena de caer de nuevo en el dolor.



Número 1/ TRAGEDIA DEL VALLE DEL MOCOTÍES
El 11 de febrero del año 2005 se produjeron fuertes precipitaciones a lo largo de la costa norte de Venezuela y la región andina con mayor incidencia en el estado Mérida.
Acá en Mérida, ya algunas comunidades habían manifestado su preocupación con anterioridad ante las fuertes precipitaciones que sucedían.
Las vías terrestres hacia Caracas (La Autopista Rafael Caldera, la carretera trasandina, entre otras), comenzaron a manifestar deterioro rápidamente debido a escombros que obstaculizaban la superficie.
Alrededor de las nueve de la noche bajó un alud que cubrió todas las carreteras y zonas circundantes, múltiples ríos se desbordan, provocando que la zona quedará totalmente incomunicada por varios días ya que las condiciones atmosféricas no permitirían el ingreso de helicópteros de la Fuerza Aérea Venezolana.
Durante varios días toda la zona del Valle del Mocotíes estuvo incomunicada y empezaron a conocerse balances intermitentes de lo que sucedía. No obstante, una vez conocido el impacto de las crecidas, se confirmó la muerte de centenares de personas. Se llamó la Tragedia del Mocotíes aunque fue la comunidad de Santa Cruz de Mora la más afectada. Tovar, San Francisco, Bailadores, Zea también fueron gravemente afectadas por estas crecidas. Es, sin duda, el mayor desastre sufrido en el estado Mérida en las últimas décadas.


NUMERO 2 / CRECIDA DE PUEBLO LLANO Y SANTO DOMINGO

El día lunes 3 de junio del año 2003 buena parte del páramo merideño sufrió la que se dio luego en llamar tragedia de Pueblo Llano y Santo Domingo,  ocurrida precisamente un 3 de junio, cuando, en horas de la madrugada, una crecida torrencial arrasó con varias viviendas en algunas  comunidades parameras, dejando más de 30 muertos, varios desaparecidas y cuantiosas pérdidas materiales.


La capital del municipio Cardenal Quintero, Santo Domingo, y zonas aledañas, vivieron una tragedia el 3 de junio del año 2003, producto de crecidas torrenciales.

San Pedro desapareció


Otra de las tragedias que mayor impacto han tenido en suelo merideño ocurrió esta vez hacia la Zona Panamericana, espacio geográfico sujeto a frecuentes inundaciones y crecidas en épocas de lluvias. En la zona de  San Pedro, el río del mismo nombre se desbordó en el año 1987. Se estima que 50 personas murieron ahogadas en esa tragedia.

YA NOS PASÓ / A 12 años de las crecidas de Pueblo Llano y Santo Domingo

Una vista de Pueblo Llano. Este hermoso paraje sufrió un duro golpe el 3 de junio de 2003, como consecuencia de intensas lluvias.


El día 3 de junio del año 2003 unas lluvias particularmente intensas que cayeron sobre buena parte del páramo merideño, ocasionaron las crecidas de varios ríos y quebradas que, debido al aumento de su cauce, se precipitaron sobre las comunidades de Pueblo Llano y Santo Domingo.

Era de madrugada cuando el sonido de las enormes piedras arrastradas por la fuerza de los cauces de los ríos, alertaron a las comunidades. En medio del frío, las aguas sorprendieron a muchas familias. La cuenta final de la tragedia fue de 30 personas fallecidas, número que convierte a este evento en uno de los cinco desastres más importantes ocurridos en el estado Mérida en su historia.


A propósito de esta importante fecha para la vida del páramo merideño y para discutir y evaluar la situación de vulnerabilidad de nuestras comunidades, el sábado 6 de junio se abordará el tema: Las lecciones del aguacero: la tragedia de Pueblo Llano y Santo Domingo, en el programa Aquí se Habla del Riesgo, que se transmite por  la emisora ULA FM en el dial 107.7. El programa se transmite los sábados en el horario de (8:30am a 9:00am). Estará como invitado Nerio Ramírez, geógrafo y funcionario del Instituto de Protección Civil y Administración de Desastres del estado Mérida (Inpradem). /AS/CNP:8965

PANAMÁ / Suman a gobiernos locales en la gestión del riesgo





Autoridades del Sistema Nacional de Protección Civil de Panamá realizaron recientemente el Encuentro Nacional con Directores Provinciales de Gobiernos Locales con el fin trazar estrategias de integración de los municipios en la gestión de riesgos, en todo el país.

En la reunión se discuten temas como la gestión de riesgos de desastres en Panamá, los papeles de los coordinadores de gobiernos locales, el manejo de la asistencia humanitaria y el papel de los municipios y principalmente la coordinación con los estamentos de primera reacción ante un evento.

Mario Chan, subdirector general del Sistema, expresó que este taller es una iniciativa para discutir elementos técnicos de las políticas de gestión en desastres para lograr una coordinación integral con los gobiernos locales.

"El objetivo es que las autoridades municipales y gobiernos locales estén capacitados para reaccionar y administrar una gestión de riesgo", agregó el funcionario.

En la actividad también se discutió la elaboración de un mapa nacional de riesgos para determinar las áreas vulnerables del país de acuerdo a su condición geográfica/ Nota tomada de la página: www.panamaamerica.com.pa/