En opinión del especialista Jesús Peña – ingeniero forestal y comunicador
social -, el clima representa para los
gestores del riesgo de desastre una variable primordial, puesto que al menos un
85 por ciento de los desastres en el mundo están directamente relacionados con
las condiciones climáticas e hidrometeorológicas.
Los efectos del cambio climático inciden en las acciones de gestión de riesgos, fundamentalmente en los espacios locales.
Nilsa
Gulfo
Desde hace rato los
organismos internacionales han puesto
la vista en las condiciones climáticas y sus consecuencias en las actividades
productivas y sociales del planeta.
Los debates en este
sentido, giran en torno a la imposibilidad de muchos gobiernos- sobre todo de
América Latina- de hacer frente a las pérdidas humanas y económicas cuando
fenómenos hidrometeorológicos como lluvias extremas, huracanes, deslaves y
otros desastres, se hacen presentes.
A decir de un
estudioso del tema como lo es el Ingeniero Forestal y Comunicador Social Jesús
Peña, el clima representa para los gestores del riesgo de desastre, una
variable primordial, puesto que al menos un 85 por ciento de los desastres en
el mundo están directamente relacionados con las condiciones climáticas e
hidrometeorológicas.
“Desde el punto de
vista económico y social, muchas de las actividades productivas y sociales son
altamente dependientes del clima. La agricultura, la hidroelectricidad, el
abastecimiento de agua potable, la pesca y ganadería, entre otros, son algunos
ejemplos”, recalcó.
Explicó Peña que con
el cambio climático y sus nuevas amenazas se supone que el nivel de riesgo
puede aumentar, lo que hace aún más imperativa una gestión del riesgo que
cumpla su meta fundamental y, a la vez, busque mejoras importantes en los
procesos de gestión y gobernanza del riesgo en comparación con lo logrado
históricamente.
Asegura que en
cuanto a sus orígenes, ambas estrategias, la gestión del riesgo de
desastres y la adaptación al cambio
climático, nacen de forma separada, aunque persiguen fines genéricos comunes
como el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza. No obstante, en su
opinión, los gobiernos deben tener en cuenta ambas variables cuando de
planificación se trate.
En
busca de un lugar en agenda
De acuerdo a la
opinión de Jesús Peña, quien además es periodista con una maestría en
Planificación y Ordenamiento del Territorio (ULA), los gobiernos locales están
en la obligación de incluir en la agenda pública la Gestión de Riesgos y el
Cambio Climático como variables fundamentales que permitan asegurar condiciones
para un desarrollo con visión de sostenibilidad.
“Por un lado
–dijo- tomar en cuenta el cambio
climático, significa tener en consideración el patrón de recurrencia, intensidad
o incidencia de eventos climáticos que pueden estar en un rango que abarca
desde los eventos extremos hasta los de menor intensidad, pero siempre con la
potencialidad de generar efectos negativos en la sociedad, como la ocurrencia
de desastres”.
Agregó que, por
otro lado, está la gestión que implica
intervenciones en los procesos de desarrollo para reducir las causas que
generan la exposición, las amenazas y la vulnerabilidad, además de la promoción de procesos de respuesta y
reconstrucción complementarios a las decisiones de desarrollo y seguridad./ NG
/ CNP:
6779.
En lo local está la clave
Jesús Peña, ingeniero y
periodista, recalcó la necesidad de que
sean los gobiernos locales los que asuman el compromiso de vincular tanto la
gestión del riesgo ante desastres como el cambio climático, pues son ellos los
que están más cercanos a las comunidades que están amenazadas y propensas a
sufrir los efectos de los desastres
hidrometeorológicos.