domingo, 28 de julio de 2013

Varios foros sísmicos mueven a Caracas

Si eres de Caracas o si estas de visita allá y tienes tiempo para dedicarlo a la formación te sugerimos tomar nota de estas actividades que organiza Funvisis.



ONU nombró nueva promotora en Venezuela del programa Ciudades Resilientes


Luego de su participación en la IV Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR), realizada en Ginebra en mayo pasado, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo del Desastres nombró a la licenciada Abelina Caro ILarraza, como Promotora de la Campaña Desarrollando Ciudades Resilientes: “Mi ciudad se está preparando”. Esta campaña es promovida por la UNISDR y sus organizaciones socias desde el 2010 y sus objetivos son aumentar la comprensión y fomentar el compromiso de los gobiernos locales y nacionales para que la reducción de riesgos y la resiliencia a los desastres y al cambio climático sean una prioridad de sus políticas, y valerse del Marco de Acción de Hyogo para abordar más de cerca las necesidades locales. La Campaña abarca una creciente red global de ciudades, provincias y municipios comprometidos, de diversos tamaños, características, perfiles de riesgo y ubicaciones, que pueden ayudar y aprender el uno del otro, fomentar el conocimiento, y transmitir conocimiento especializado y destrezas así como apoyo técnico para alcanzar el objetivo de generar resiliencia. Los “Diez Aspectos Básicos para el Desarrollo de Ciudades Resilientes” son los principios rectores para realizar estos compromisos, ya que ayudan a establecer puntos de referencia sobre resiliencia a los desastres en las ciudades
La licenciada Abelina Caro ILarraza es Psicóloga Social egresada de la UCV, Especialista en Reducción del Riesgo de Desastres y Desarrollo Local Sostenible. (Programa DELNET-OIT- ONU). Coordinadora de Redes Locales de Gestión de Riesgos a nivel nacional, del Grupo Social CESAP. Oficial del Proyecto “Visión de Primera Línea” que mide las Metas del Marco de Acción de Hyogo a nivel mundial y en Venezuela. Asimismo, es Miembro Titular de la ONG “Psicólogos Sin Fronteras de Venezuela -PSF-V”, que presta asistencia psicosocial a personas que hayan sido afectados por catástrofes, emergencias o conflictos bélicos. También es Representante para Venezuela de la Red Global de Organizaciones de la Sociedad Civil para la Reducción de Desastres

Presentan una mirada actualizada de la vulnerabilidad urbana



 Mañana martes 30 de julio los merideños tendrán la oportunidad de ver a Mérida desde una perspectiva poco común: desde el aire. Un abordaje en helicóptero permitió recopilar miles de fotos y varia horas de video, material del que se extrajo una muestra preliminar que será mostrada en el auditorio de Corpoandes con entrada libre. La idea no es solazarnos con la belleza escénica sino puntualizar en aquellos puntos donde se cocina el riesgo de desastre a fuego lento.



Para efectos prácticos ojalá como ciudadanos pudiéramos sobrevolar el riesgo ante los desastres. Pero no es así: nos toca convivir muy cerca con amenazas de todo tipo: sísmicas, las que generan los movimientos de masas (como derrumbares y deslizamientos) las que provienen del impacto de la lluvia intensa sobre el territorio. Y están otras amenazas modeladas por el hombre.
Las amenazas no fueran tales si la obra del hombre (casas, carreteras, escuelas, hospitales, cultivos, puentes y edificios) no se hubiese edificado con tanta fragilidad ante esos eventos: es lo que se denominada vulnerabilidad. Para cada amenaza existe un grado de vulnerabilidad. Y de ese interactuar surge el riesgo de que algo ocurra.
De esa relación, a veces compleja, entre nuestra muy merideña vulnerabilidad y las amenazas que nos rodean, es decir del riesgo de desastre en Mérida, es de lo que se hablará mañana martes a partir de las 8 de la mañana en el auditorio de Corpoandes.
El foro ha sido denominado: “Aspectos del riesgo urbano de la ciudad de Mérida: una mirada desde el cielo”, y con el mismo se pretende dar un abreboca del vastísimo material audiovisual, fotográfico y de observación especializada que se logró recopilar en una actividad de sobrevuelo que se  efectuó los días 21,22 y 23 de junio pasado con un helicóptero que aportó el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz a los fines de apoyar las solicitudes del Centro de Investigación en Gestión Integral del Riesgos (CIGIR) en su afán afianzar las investigaciones sobre caracterización del riesgo en Mérida.
“El evento está orientado a presentar algunas observaciones y conclusiones de esfuerzos recientes desarrollados a fin de caracterizar preliminarmente el riesgo de desastres de distintos sectores de la zona Metropolitana de la ciudad de Mérida y sus alrededores”.
Lo bueno de este foro es que estarán presentes varios de los investigadores del Cigir y de la ULA, además de  funcionarios de Protección Civil Mérida e Inparques, que tomaron parte en el sobrevuelo, incluso otros expertos que han apoyado la revisión del material gráfico. Otra cosa muy buena es que la entrada es libre.

De los últimos sismos


Adicionalmente se estará presentando una aproximación técnica de la reciente Tormenta Sísmica del Páramo – sentida en la ciudad de Mérida durante la primera semana de julio – a cargo del profesor Jaime Laffaille, presidente de Fundapris.

El programa es el siguiente:

8:15 a 8:30  Instalación y Bienvenida.
8:30 a 9:30  Escenarios de Riesgo Mérida- Ejido- Lagunillas (Prof. Carlos Ferrer- ULA)
9:30 a 10:30  Escenarios de Riesgo Mérida- Mucurubá- El Valle (Prof. Rubén Ayala)
10:30 a 10:45  Receso
10:45 a 11:15  Riesgo Geológico de la población de Los Nevados (INPRADEM- INPARQUES)
11:15 a 12:30  La Tormenta Sísmica del mes de Julio (Prof. Jaime Lafaille- FUNDAPRIS)
12:30 a 1:00  Panel de Discusión con Instituciones y Expertos Regionales. / Prensa CIGIR / CNP: 8965


Al principio fue la ciudad






A veces da la impresión que  la gestión de riesgo ante desastres es el último invitado en llegar a la fiesta.
Con el telón de fondo del  fragor de las ciudades modernas, se construyen casas, edificios, carreteras, escuelas, hospitales, sistemas de transportes, estadios, plazas, puentes,  acueductos, centros comerciales. Sin embargo, todo esto se hace a espaldas del  sentido común y, aún más allá, al propio sentido de sobrevivencia.
La gestión de riesgos como suma de estrategias para hacernos menos vulnerables ante las amenazas,  es el producto de la aceptación de nuestra humana fragilidad como piezas de un escenario físico natural que impone  con rigurosidad las formas, los modos de vivirlo.
Si una enseñanza ha sido reiterativa en el tema de la gestión de riesgo y la sostenibilidad urbana, es que todo asentamiento urbano debe concebirse como un espacio cuya progresiva construcción, su natural crecimiento, se edifique a partir de tener al riesgo como guía para marcar el desarrollo de la ciudad. Una especie de diapasón sobre el que se calibra y orienta el desarrollo.
La presión de la anterior certeza recae, entre otros actores,  sobre los urbanistas o, para hablar en términos más amplios, sobre aquellos que toman decisiones sobre el destino de las ciudades, no sólo respecto a lo puramente  físico o estructural, sino también en lo atinente al grado de conciencia de la población usuaria de esos componentes físicos.
Esa conciencia puede estar referida a una mejor organización, movilidad, formación y respuesta. Arquitectos, ingenieros, paisajistas, autoridades de gobierno, gremios profesionales vinculados al hecho urbano, universidades e institutos de investigaciones con competencia en la materia, son soldados en la primera línea de construcción de un sistema de gestión de riesgos eficaz. O lo que es lo mismo: construir ciudades menos vulnerables y por lo mismo más seguras.

Es lamentable que esta ausencia de la gestión de riesgo también se manifieste en las aulas y salones donde se forman profesionales que luego tendrán una participación directa sobre la hechura de las ciudades. Ya en una ocasión el presidente del Centro de Investigación en Gestión Integral de Riesgos (Cigir), el doctor Alejandro Liñayo advertía que “Los grandes preventores de los desastres  son los urbanistas”. Y junto a ellos todo aquel con la suficiente consciencia como para ver lo que se nos viene encima. 

domingo, 21 de julio de 2013

Redes Locales de Valera y municipio Sucre realizan importantes actividades







Las Redes Locales de Gestión de Riesgos, proyecto que coordina en todo el país el Centro al Servicio de la Acción Social (CESAP), tiene presencia en siete estados de Venezuela, en cada uno de los cuales estas redes desarrollan distintos eventos como foros, conferencias, jornadas, conversatorios, entre otros.
En Valera, la red local de esa ciudad andina realiza este lunes 22 de julio el Primer  Foro de Gestión Integral de Riesgos en Comunidades e Instituciones Educativas.
Por su parte la Red Local del municipio Sucre (del estado Miranda)  estará presentando ante la comunidad de esa entidad de la capital del país la actividad "Avanzando en la Reducciòn de Desastres: Buenas Pràcticas Locales de Gestiòn de Riesgos".
En ambos casos de trata de actividades gratuitas, con entrada libre, destinadas a lograr que la población reconozca la gestión de riesgos y la reducción de desastres como acciones que van más allá del papel de los cuerpos de respuesta y que tales iniciativas tienen que ver más con la cotidianidad de la gente.
Pulsando las imágenes podras leer los contenidos de los afiches y enterarte de más detalles.

Chacao: un lenguaje común en gestión de riesgos







A finales del mes de octubre del año pasado el Alcalde del municipio Chacao, Emilio Graterón,  se convirtió en la prueba política e institucional de que algo importante estaba pasando en Venezuela con el tema de la aplicación de la gestión integral de riesgos de desastres en las políticas públicas, en este caso municipales.
Por primera vez en la historia un alcalde latinoamericano era reconocido por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, ente que entregó el premio a Graterón como"Champion Leader" para América Latina de la Campaña Mundial para la reducción de riesgos de desastres 2010-2015 "Desarrollando Ciudades Resilientes: Mi ciudad se está preparando".
Parte de ese reconocimiento se debió  al trabajo de muchos funcionarios que han comprendido que hacer gestión de riesgos no es sólo prepararse para el desastre sino cumplir acciones específicas para atender el riesgo de que tales desastres se concreten.
Johan Prieto, ingeniero geólogo y quien se desempeña como Director Ejecutivo de Protección Civil y Ambiente (Ipca),  del Municipio Chacao, es parte del equipo que intenta lograr mantener un ritmo de atención al tema de los riesgos, que se inició hace un par de años con el apoyo desde Mérida del Centro de Investigación en Gestión Integral de Riesgos (Cigir), ente que ayudó a esta alcaldía a “manejar un lenguaje común en función de la gestión de riesgos”, según palabras del propio Prieto.
Los cambios para lograr que el gobierno de Chacao empezara un tránsito más consciente sobre las implicaciones de la gestión de riesgos, se inició, según explicó Johan Prieto, con un proceso formativo que implicó un progresivo cambio de conducta centrada en el desastre, hacia la comprensión de que no era sostenible una política basada sólo en la respuesta sino que era preciso migrar acciones hacia la prevención y la mitigación efectiva, sólo posible con un cambio global de mentalidad en la estructura funcional de la propia alcaldía.
“Ha cambiado el perfil del funcionario tanto en lo operativo como en lo técnico. Nos hemos formado en los aspectos sobre las amenazas tanto sísmicas, hidrometeorológicas, como geológicas, así como en el reconocimiento de la vulnerabilidad”.
Chacao ha tenido también apoyo de Funvisis y de otras organizaciones que han logrado sumar conocimientos “para incorporar la variable riesgo de forma transversal en las actividades de las distintas direcciones para evitar la construcción social del riesgo”.
Entre esas dependencias que antes no se veían así mismos como actores fundamentales de la gestión de riesgos se cuentan las direcciones de ingeniería municipal, la de gestión urbana, entre otras.

Investigadores ampliarán estudio sobre reciente tormenta sísmica





En un fructífero encuentro entre varios funcionarios de Funvisis, encabezados por Aura Fernández,  presidenta de este organismo,  e investigadores del Laboratorio de Geofísica de la ULA, se analizó el reciente evento denominado Tormenta Sísmica del Páramo. El encuentro sirvió para solidificar el necesario trabajo colaborativo entre entes científicos y establecer algunas pautas para futuras investigaciones.

La sala de reuniones del Laboratorio de Geofísica de la Universidad de Los Andes- donde también funciona la Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico (Fundapris) – fue, literalmente, el epicentro de una importante reunión movida por la serie de sismos que – aún hasta hoy – se suceden en un punto del páramo merideño, agitado por fuerzas que siempre han estado allí pero cuya especial intensidad en torno a los días 4 y 5 de julio pasado, encendieron  el interés de muchos investigadores.
La llamada Tormenta Sísmica del Páramo fue seguida muy de cerca, allá en Caracas, por la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) institución rectorada en el país de los estudios en esta materia.
Funvisis ha usado su tecnología para establecer no sólo la ubicación de varias decenas de sismos que dieron forma al también llamado “enjambre sísmico”  merideño sino que tales mediciones han aportado datos relevantes que Funvisis quiso compartir con sus pares regionales del Laboratorio de Geofísica de la ULA, allá en la Facultad de Ciencias, en La Hechicera.  Por decirlo de alguna forma, el referido laboratorio funciona como una especie de “consulado sísmico” en el que los investigadores usan equipos propios y de  Funvisis para hacer el monitoreo de la actividad tectónica andina.

Ojo con las fallas

La propia presidenta de Funvisis, la ingeniero Civil Aura Fernández, con su presencia daba por sentado la importancia institucional que tuvo el encuentro con los investigadores de la ULA.
Fernández, para atender a la invitación de los investigadores que hacen vida en Mérida,  vino acompañada por una delegación de Funvisis  que integraron  Franck Audemard, como ingeniero geólogo; Miguel Palma, ingeniero geofísico y Ben Quintero, especialista en instrucción de prevención sísmica.
Acá en Mérida los esperaban con el mismo interés Martín Rengifo,  coordinador del Laboratorio de Geofísica, quien estuvo acompañado entre muchos otros  por los sismólogos Raúl Estévez, Jaime Laffaille, José Choy y otros investigadores como Misael Rosales, Alejandro Liñayo – presidente del Cigir - y funcionarios como Gerardo Rojas,  director de Protección Civil Mérida (Inpradem).
Es importante destacar que  Funvisis tiene un marcado interés por los andes (es decir un seguimiento no coyuntural debido a los recientes sismos) que se evidencia en el  desarrollo de investigaciones de alto nivel y alcances como el proyecto de  Caracterización de Los Andes que busca analizar con un mayor detalle la sismicidad y el comportamiento geológico de la región andina, Mérida en especial.
Del encuentro, se determinó la necesidad de emprender mayores análisis de los datos que arrojó la tormenta sísmica, actividad investigativa que seguirán delante de forma simultánea en Mérida los especialistas del Laboratorio de Geofísica con el apoyo y acompañamiento de Funvisis ente que, igualmente, está revisando los alcances de la reciente información sísmica merideña con los que se pueda colocar en su justa dimensión el evento y sus repercusiones futuras.

domingo, 7 de julio de 2013

Del temor ante los sismos a las acciones concretas para mejorar las estructuras






Casi 7 de cada 10 sismos mayores de magnitud 2.5 que se han registrado en Venezuela en los últimos 10 días han ocurrido en el páramo merideño. Según la data de  Funvisis lo anterior representa 23 de 37 eventos registrados por sus equipos. Es lo que se ha llama una “Tormenta Sísmica”. El momento de cierta preocupación en Mérida, debe ser convertido en algunas acciones puntuales. ¿Qué tal verificar el estado de nuestros edificios, casas y estructuras fundamentales?



Ya lo han dicho los especialistas: el conocimiento que se ha adquirido a través del tiempo en cuanto a mejorar el comportamiento de las edificaciones ante fenómenos sísmicos, permite afirmar que hoy en día existe la posibilidad cierta de que una estructura no sólo no colapse ante un sismo de fuerte intensidad sino que, en algunos casos, la edificación pueda ser recuperada para su uso. Terreno o superficie adecuada y una estructura en concordancia con su entorno sísmico son claves para una edificante receta de prevención
Claro que hay ideas para construir tomando en cuenta las características sísmicas de una ciudad como Mérida. Así lo creen expertos en Ingeniería Sismo Resistente de la Universidad de los Andes.
  Por ejemplo, el profesor William Lobo Quintero, de la Cátedra de Ingeniería Sismo Resistente, del Postgrado de Ingeniería Estructural de la ULA, parte del hecho de agrupar todas las construcciones de la ciudad en dos categorías: las llamadas estructuras formales, que son aquellas que han sido construidas a partir de principios de ingeniería y arquitectura, y, por otro lado, las informales, que se hacen sin la aplicación de aquellos conocimientos. "Estas últimas, las estructuras informales, constituyen la proporción más alta y son en la práctica las que deben ser atendidas con prioridad. Y es que a la municipalidad y los gobiernos debe interesarles cómo vive toda esa población", planteó Lobo Quintero.


Los siguientes son los aspectos fundamentales a tener en cuenta, aquí en Mérida, en la estructura de una casa, edificio u otra construcción, si queremos que la misma tenga un comportamiento de cara a la sobrevivencia de sus ocupantes.

.- La edificación debe tener la forma más regular, simple, sencilla y simétrica posible.
.- Los edificios no deben ser muy altos ni muy alargados.
.- Se debe evitar pesos innecesarios en las edificaciones.
.- El edificio debe tener su resistencia uniformemente distribuida.
.-  Debe procurarse una adecuada relación con respecto al suelo. Edificios más altos en suelos firmes, edificios bajos en suelos blandos.
.- Las construcciones deben ser diseñadas, calculadas y construidas por arquitectos e ingenieros que conozcan el problema sísmico.
.- En la construcción los profesionales deben apegarse a las Normas de Diseño Sismo Resistentes vigentes.
 .- Durante la construcción debe ser controlada la calidad del material y la buena disposición de los refuerzos.
.- Evitar plantas bajas libres o para estacionamientos, pisos débiles o mezzaninas muy pronunciadas.
.- Disponer de un solo tipo de fundaciones con vigas de arriostramiento.
.- La casa o edificio debe quedar separado de las estructuras vecinas.
.- Deben evitarse fachadas de avisos, materos o elementos que caen.
.- Los propietarios e inquilinos deben conocer el uso y por tanto la carga para la que fue diseñada la estructura.
.- La casa o edificio debe tener un muy buen grado de mantenimiento.
.- Existen muchas soluciones para mitigar los problemas estructurales de una edificación deficiente. Busque a los profesionales (ULA Facultad de Ingeniería, Cigir, Fundapris)

Los temblores del pasado




    
En función de que por estos días una vez los sismos vuelven a ganar el interés de los merideños, es bueno apuntar que, ciertamente,  los terremotos son, en parte, protagonistas de nuestra historia en cuanto a espacio geográfico propenso a posibles desastres socionaturales.
Si bien son casi inexistentes los datos o referencias de lo que pudo haber ocurrido en Mérida antes del siglo XVII, los profesionales del presente (es decir los geólogos, geomorfólogos, geógrafos, sismólogos, físicos y otros profesionales) claro que tienen una idea más o menos precisa de las andanzas de la naturaleza en el pasado. 
Uno de los que se ocupó en su momento de hacer, con gran acierto, una recopilación del tema sísmico fue el inquieto merideño Tulio Febres Cordero, al que le debemos su célebre "Cronicón sísmico de los Andes Venezolanos". Febres Cordero, o Don Tulio, fue, además, testigo de excepción del llamado Gran Terremoto de los Andes, ocurrido en buena parte del occidente del país 28 de abril de 1894.
En esa larga lista de anotaciones se citan decenas de importantes sismos ocurridos en Mérida, algunos de estos verdaderos terremotos. Así, si seguimos las anotaciones de Don Tulio, se puede constatar que entre los más destructivos sismos acaecidos en Mérida se pueden contar los de los años 1610 (considerado el de mayor intensidad), el de 1644, 1775, 1786, el histórico sismo de 1812, el más letal en cuanto a víctimas ya que, según partes más o menos confiables que han llegado a nuestros días, murieron en esa ocasión casi mil personas en distintos pueblos de Mérida.
Le siguen otros sismos de gran magnitud, aunque sin mayores daños, ocurridos en los años 1834, 1845 hasta llegar al célebre sismo del año 1894, el Gran Terremoto de los Andes, por su amplio radio de acción. Se estima que este terremoto mató a casi 350 merideños en distintas partes del estado. Entre 1900 y el año que corre hay mención importante para un gran sismo ocurrido el 14 de marzo de 1932 en el que se afirma murió una niña de la aldea San Pedro, cerca de Tovar. El último temblor considerable ocurrió en 1979, según referencias del ingeniero William Lobo Quintero.
Según la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), en los últimos 500 años de historia venezolana, en todo el país se han producido alrededor de 130 movimientos sísmicos con rango de terremoto. A la cabeza de esa lista siempre habrán de conseguirse los terremotos de 1812 y el de 1894.