En Venezuela existen muy pocas referencias
sobre sequías y mucho menos de alguna que haya resultado en fatalidades.
Pero entre 1911 y 1912 la Península de
Paraguaná, en el estado Falcón, padeció una feroz hambruna cocinada al calor de
una prolongada sequía.
Las evidencias documentales hablan de
cientos de víctimas por la hambruna, quienes fallecieron secas sobre el polvo
del marchito suelo peninsular.
El
tiempo resucitó esas almas en la devoción a las Ánimas de Guasare; esas mismas
que hoy siguen luchando contra el viento y la arena.
Ya nos pasó… ¡nos puede volver a pasar!
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