La operación 38 K
Resurrección que terminó con el feliz hallazgo de nueve ciclista perdidos en el
páramo de La Culata, demostró que en Mérida hay instituciones altamente
capacitadas para el trabajo de rescate y también existen individualidades
capaces de las mejores acciones en las cumbres. “Pero nos falta avanzar en
mejorar el trabajo en equipo ya que si algo nos ha enseñado la historia es que
todo rescate exitoso es el resultado de la suma y unidad organizada”, sugiere
el rescatista y desastrólogo Alejandro Liñayo.
El grupo de ciclistas, celebrando su rescate tras un verdadero Domingo de Resurrección.
Adelfo Solarte
adelfo.solarte@gmail.com
Abril
comenzaba oloroso a inciensos. La Semana Santa ocupa la atención de una
Venezuela que suele dividirse en dos en períodos de asueto: una parte que viaja
y disfruta y otra parte ocupada de
cuidar a los vacacionistas.
El
Jueves Santo, 2 de abril, un grupo de nueve ciclistas – la mayoría con buenas
condiciones físicas y conocimiento de lo que implica darle al pedal en zona de
alta montaña – desaparecieron en algún punto del Parque Nacional Sierra de La
Culata.
Inmediatamente
se activó la búsqueda, una acción en la que decenas de funcionarios y
voluntarios se sumaron.
La
acción, coordinada desde la sede de Inparques Mérida – arrojó el feliz
resultado del hallazgo, a las 72 horas de haberse declarado la ausencia de los
ciclistas. Aún para los menos creyentes, el domingo 5 de abril tuvo un
significado concreto en la palabra Resurrección.
Mérida ejemplar
Alejandro
Liñayo, quien se define como rescatero y desastrólogo, es una persona apasionada
por la montaña.
Desde
su visión de experto en Gestión del Riesgo ante desastre y de haber ejercido
cargos tan notorios como ser el primer Viceministro de Gestión de Riesgos y
Protección Civil de Venezuela, considera que Mérida es un estado ejemplar en lo
que se refiere a investigación sobre accidentes de alta montaña, en acciones de
rescate en condiciones extremas de montaña y en lo que pudiéramos llamar “suma
de individualidades” de gran talento y capacidad en esos difíciles menesteres
de rescate en las cumbres más altas del país.
Esos
son aspectos positivos incuestionables. Pero en lo que le toca avanzar a Mérida
es en lograr mejorar sus capacidades de actuación en equipo. “Creo que
precisamente se debe al hecho de que aquí hay mucha gente con capacidad y eso
puede dificultar someterse a una autoridad única en un momento dado. Pero en
este tipo de acciones especializadas se ha comprado que se debe lograr avanzar
en materia de unidad y coordinación bajo un criterio de integración de
esfuerzos, no de competencia”, afirma el especialista.
En esta oportunidad, las labores de organismos como Bomberos, Protección Civil (Inpradem) y grupos voluntarios fueron exitosas.
Parques más
regulados
Para
Alejandro Liñayo, además de esa necesaria consciencia de trabajo en equipo, en
Mérida sería oportuno avanzar en temas como “la regularización más eficiente de
la presencia de los que utilizan los parques nacionales para realizar
actividades turísticas o deportivas”, consideró el ex viceministro. Comentó que
sería importante, además, tener en cuenta que una vez abierto el Teleférico
Mukumbarí, será aún más apremiante atender este tema no sólo en las áreas del
Teleférico, sino en donde exista la necesidad de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario