En los alrededores de la Laguna de Mucubají se sintieron los sismos más fuertes.
Según
un informe elaborado por el Laboratorio de Geofísica de la Universidad de los
Andes, durante la primera quincena del mes de junio del año 2013 comenzó una
actividad microsísmica en la región del páramo de Mérida, en las cercanías de
poblaciones como Mucurubá, Mucuchíes, La Toma y Apartaderos, eventos que alcanzaron su máximo el día siete de ese
mes, fecha en la que se registraron 13 pequeños sismos (todos de magnitud M
menora
2.5).
Esta actividad sísmica pasó totalmente desapercibida por la población.
Sin
embargo, posteriormente, el primer día del mes de julio de ese mismo año, se
comenzó a registrar un nuevo episodio de actividad sísmica con epicentros en la
misma región, pero esta vez con temblores que fueron sentidos en algunas
ciudades y pueblos de la zona (uno de ellos de magnitud M=4, ocurrido el día 4
de julio a las 8:23 pm, en la noche, y otro de magnitud M=3.9 el viernes 5 de julio
durante la tarde).
Acompañando
a los sismos que fueron sentidos por la población, las estaciones sismográficas
registraron cientos de microsismos que ocurrieron sin ser sentidos por la
población, la mayoría de ellos
fueron de tan baja magnitud que solo fueron registrados por una o dos
estaciones sismográficas.
Ya
nos pasó…nos puede volver a pasar
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