Varias vallas y carteles dan cuenta del proyecto en varias comunidades del páramo merideño.
Con base en el rescate de las prácticas ancestrales de ayuda
vecinal y conservacionismo, denominadas “cayapas” y “limpias, y con
el objetivo de fortalecer la capacidad de respuesta comunitaria ante posibles
crecidas y movimientos de masa destructivos, la Asociación Civil “Geografía
Viva” y las organizaciones escolares denominadas “Centros de Ciencia,
Tecnología y Educación Ambiental”, adoptaron medidas artesanales comunitarias
de prevención, en beneficio de 3000 habitantes de la cuenca alta del Río Chama en
Mérida, Venezuela.
Esta es una zona muy sísmica situada en la traza de falla de Boconó, una
de las principales de Venezuela, expuesta también a un número creciente
de nevadas que han generado procesos con crecidas y aludes
torrenciales. Tan solo en el 2005, 2007, 2009, 2013, se presentaron
crecidas y aludes torrenciales que afectaron seriamente las quebradas El
Desecho, La Cañada y el Rio Chama y la quebrada La Cañada.
El proyecto desarrollado entre 2009 y 2013 por los Consejos Comunales
locales Apartaderos, La Asomada, Puerto Nuevo y La Mucuchache; así como por
estudiantes del Servicio Comunitario de la Escuela de Geografía de la
Universidad de Los Andes-ULA- y los Comités de Riego existentes en dichas
localidades; incluyó la instalación de 4 sistemas Artesanales de Alerta
Temprana de bajo costo -funcionan con componentes electrónicos de vehículos- y
3 Sistemas de Testigos de Monitoreo de Vertientes construidos con cabillas
alineadas con GPS.
La comunidad también se organizó para una posible evacuación en
caso de sucederse crecidas con potencial destructivo y tiene planes para
manejar situaciones críticas en caso de no recibir ayuda por parte de las
autoridades en menos de 72 horas. Asimismo, cuenta con señalizaciones de áreas
de concentración y rutas de evacuación en caso de sucederse ese tipo de
crecidas, al tiempo que mantiene comisiones comunitarias y escolares que se
encargan de realizar simulacros periódicos de desalojo.
Cabe resaltar que pese al desafío que supuso involucrar a las
autoridades locales para emprender algunas obras que no pueden ser acometidos
por los vecinos, de acuerdo con las metas previstas, la participación
comunitaria se ha mantenido por encima del 65% de la población, lo que supone
un nivel de sostenibilidad elevado del proyecto, que entre otros logros, ha
propiciado el uso de técnicas artesanales y tecnología popular para diseñar los
sistemas de alerta y monitoreo, así como el uso de técnicas de mapeo con
participación significativa de la comunidad.
El financiamiento del proyecto fue
posible gracias al Programa de Pequeñas Donaciones del FMAM-PNUD ya la
Fundación TalithaKoum de Bélgica, así como de la Fundación para el
Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología del Estado Mérida-
FUNDACITE-Mérida- adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Ciencia,
Tecnología e Innovación.
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