Esta imagen muestra las zonas de mayor actividad sísmica de Venezuela. Destaca el estado Sucre.
En medio de tantos temblores, nada mejor para los merideños que
poner en claro cuáles asuntos son puro cuento. Es decir, se cuelan tantos
mitos, especulaciones y mentiras que a veces no sabemos si creer o no. Con la
ayuda de los recientes datos aportados en distintas conferencias, charlas y conversatorios ofrecidos por los profesores José Choy, Martín Rengifo y Raúl Estévez, todos
sismólogos del Laboratorio de Geofísica de la Universidad de Los Andes, vamos a ayudar a poner un poco de orden en la información sobre Mérida y, en general, sobre los
terremotos.
Adelfo Solarte
1.- Mérida es la región más sísmica de Venezuela: FALSO
Mérida no es el estado más
sísmico. En Venezuela la zona más sísmica es el estado Sucre y, luego, el norte de los estados Monagas y Anzoátegui.
Mérida posee el mismo potencial sísmico de, por ejemplo, estados como Lara,
Táchira y Miranda.
2.- Ahora ocurren en Mérida más temblores que antes: FALSO
Los sismos son tan
frecuentes ahora como hace siglos. La percepción de que ahora ocurren más
temblores se debe, en parte, a que los medios de comunicación son más
eficientes y nos informan de inmediato cuando ocurren estos eventos.
3.- Sí se pueden predecir los terremotos con exactitud: FALSO
Todavía los científicos no
pueden predecir cuándo ocurrirá un terremoto. Si bien la sismología trabaja
para encontrar indicios fiables que anuncien un terremoto, aún no hay
posibilidades de anticiparse a un evento telúrico.
4.- Mucho calor, humedad alta y aire estancado
son presagios seguros de terremotos: FALSO
Volvemos con el asunto de
la predicción. No hay relación directa entre el estado del tiempo y los
terremotos. Éstos ocurren lo mismo en zonas secas y desérticas, como en las
regiones polares, en invierno o en verano, con o sin vientos.
5.- Siempre durante un terremoto, la tierra se abre y se “traga” los
edificios: FALSO
Estas ideas exageradas
provienen probablemente de las películas de cine y televisión que quieren
impresionar al espectador. Lo que sí pueden formarse son grietas producto de
derrumbes, licuación o asentamientos de los terrenos, pero sólo en grandes terremotos.
6.- Es mejor que haya muchos temblores pequeños porque así se libera
energía: FALSO
En verdad,
proporcionalmente, la energía liberada en pequeños sismos no ayuda a evitar o
bajar la posibilidad de un terremoto. O lo que es lo mismo: muchos
“temblorcitos” no equivalen a uno grande.
7.- Los terremotos son castigos de Dios: FALSO
Ahora, hasta los propios
los sacerdotes llegan a comprender que los terremotos no son acciones crueles de un poder divino, sino expresiones propias de la dinámica
geológica del planeta.
8.- Los terremotos son acciones vengativas de la naturaleza contra el
hombre: FALSO
Tampoco es cierto que la
Tierra, como planeta, haya escogido los terremotos como un acto para sacudirse
de encima a los incómodos humanos. Millones de años antes de que el hombre
existiera, había terremotos. Los hubo y los habrá.
9.- Un edificio bajo es más seguro que uno con muchos pisos: FALSO
Evidentemente la altura de
las edificaciones influye en su comportamiento. Pero variables como el diseño,
el tipo de suelo, magnitud del sismo, profundidad, dirección de ondas,
aceleración, entre otros factores, pueden hacer que a veces un edificio alto se
comporte mejor que uno bajo.
10.-Es imposible sobrevivir a un sismo fuerte: FALSO
Gracias a la mejoras de los
materiales constructivos, a las normas sísmicas y técnicas de preparación, es
posible sobrevivir a un terremoto. En varios países (Japón, Chile, México,
Estados Unidos, entre otros) hay ejemplos documentados de terremotos que no
causaron mayores estragos o en los que mucha gente expuesta pudo salir con vida.
Mérida está expuesta a una dinámica sísmica que debe ser comprendida por sus habitantes, so pena de malintepretar o especular sobre lo que ocurre.
Los simulacros
¿sirven o no?
Con
el tema de los simulacros (es decir, prácticas donde se dramatiza un escenario
simulado de terremoto para saber cómo actuar nos toque enfrentarlo en la vida
real) también existen dudas. Básicamente algunos consideran un fastidio
efectuar un simulacro o, simplemente, no lo aplican. Pese a esta posición, está comprobado que las
técnicas de simulacro, prepara no sólo sicológicamente al individuo,
inspirándole confianza, sino que le aporta herramientas de comportamiento que
en un momento de desastre pueden contribuir en mucho a evitar muertes.