Una imagen aterradora muestra a residentes de Joso, en medio de inundaciones provocadas por el tifón Etau.
Los efectos del
tifón Etau sobre ciudades como Joso – de la prefectura de Ibaraki - en la que
cientos de personas seguían varadas luego del azote de las lluvias torrenciales,
desató críticas sobre la poca pericia de algunas autoridades japonesas, pese a
que se trata de uno de las amenazas naturales de las cuales se dispone mejor
tecnología para su moniotoreo.
Agencia Xinhua-CRI
El
tifón Etau golpeó la semana pasada varias zonas de Japón. El fenómeno provocó
que un río se desbordara causando caos en la ciudad de Joso. El tifón también
dejó a decenas de miles de residentes en todo el país en alerta para evacuar
sus casas y huir a refugios de emergencia.
Pero
mientras que miles de trabajadores de rescate, incluidos los de las Fuerzas de
Autodefensa y unidades especiales de bomberos y helicópteros especiales
desplegados de Tokio actuaban para asistir en los esfuerzos en la ciudad y
combaten las inundaciones y aplican rescates aéreos audaces salvando a mucha
gente atrapada en casas y edificios inundados, han surgido preguntas graves
respecto a la preparación del país para esos desastres esperados.
Y
es que la ubicación geográfica de Japón, y el hecho de que se trata de una
nación insular, la vuelve propensa a ciclones y tifones tropicales y a que haya
regularmente tifones que azotan las costas y labren caminos de torrentes, a
menudo de sur a norte. Es decir, se trata de eventos recurrentes y esperados.
No
obstante, en el caso más reciente esta semana de este a norte y luego al oeste,
la Agencia Meteorológica de Japón (AMJ), en conjunto con otras agencias
climatológica nacionales que vigilan las formaciones anuales de tifones en la
parte del oeste del Océano Pacífico, tuvieron acceso a la tecnología satelital
más sofisticada del mundo, lo que significa que pronosticar y definir la
probabilidad del trayecto de un tifón es, a estas alturas, una ciencia exacta.
Por
ello, y en vista de las graves inundaciones de este año en la parte sur del
país, que al parecer tomaron a los funcionarios por sorpresa, algunos ciudadanos
locales y expertos sugieren que existe un alto grado de ineptitud en la
preparación para enfrentar las inundaciones más recientes.
Información tardía
"En
primer lugar, parecería que el gobierno local de Joso, en la prefectura de
Ibaraki, no emitió una orden de evacuación para los residentes con mayor riesgo
que viven cerca de las riberas del río Kinugawa que fueron desbordadas, lo que
causó una inundación rápida en las áreas circunvecinas. Y las que recibieron
información sobre la evacuación, sólo recibieron el consejo de hacerlo",
dijo el comentador de asuntos de Japón, Philip McNeil, a Xinhua.
"La
agencia meteorológica y el gobierno sabían que el tifón iba en camino y
representaba una amenaza real para las áreas en las partes bajas en la costa
este y noreste desde el martes y la historia garantiza con certeza que si no se
adoptan las medidas de prevención de emergencia, entonces la inundación es casi
segura”, agregó McNeil.
Surgen
preguntas como ¿Por
qué no se emitió la orden de evacuación antes? y, lo que es más importante, ¿por
qué el gobierno municipal no la aplicó y facilitó? Según McNeil las respuestas
a estas dudas “están fuera de mi comprensión. Esto es una ineptitud grave y el
gobierno tiene una enorme responsabilidad por la tragedia que resulte de este
mal manejo del desastre". / El material de esta información fue editado a
partir de la nota principal en: http://espanol.cri.cn/
Informes
aseguran que en la planta de Fukushima, afectada por las intensas lluvias, se
habrían producido nuevas fugas de agua contaminada hacia el océano Pacífico.
Tifón “radioactivo”
Pero
las inundaciones y sus efectos sobre varias ciudades no son los únicos casos de
aparente ineptitud en el manejo de información y su uso como herramienta
preventiva. La empresa Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), operador de la planta
de energía nuclear Daiichi siniestrada en la prefectura de Fukushima, admitió
que cientos de toneladas de agua radioactiva se habían fugado, una vez más, de
la instalación afectada por el tsunami. Presuntamente la magnitud de las
lluvias que originó el tifón no fueron consideradas en su real dimensión y ese
fallo afectó la malograda planta que, nuevamente, está bajo el escrutinio
internacional.
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