Una vista de la quebrada en el Parque Chorro del Indio. Varias vidas se ha cobrado este aparentemente inofensivo cauce.
La experiencia
de la Alcaldía de Barranquilla indica que varios arroyos en esa ciudad han
causado gran cantidad de situaciones que afectan la vida, integridad y la
propia dinámica urbana. En Venezuela pasa igual en muchas ciudades. Presentamos
este trabajo desde las páginas del diario El Heraldo, de Colombia, a modo de
ejemplo de lo que podría hacerse en nuestra realidad.
Publicado por: El
Heraldo
Cuando
llueve en Barranquilla hasta el Sistema Integrado de Transporte Masivo
(Transmetro) se ve obligado a suspender su operación en su ruta troncal de la
calle Murillo, entre otras, debido a la fuerza de los arroyos. Pese a los
esfuerzos de la Alcaldía por intervenir algunos de estos cauces, el problema
aún sigue vigente y cobrando vidas.
El
caso de la menor fallecida en el arroyo de la carrera 21 avivó el tema de las
medidas que deben tomar las autoridades locales y organismos de socorro al
momento de atender una emergencia en las zonas de riesgo.
Jaime
Pérez, comandante del Cuerpo Oficial de Bomberos de la ciudad, explicó que "con
lo que tienen atienden cada emergencia que les reporta la ciudadanía”. Mientras
que Jorge Fernández, director seccional Atlántico de la Defensa Civil, aseguró
que "no hay unos protocolos establecidos” por la Administración Distrital
para atender las eventuales emergencias. Además, Carlos Iván Márquez, director
de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), hizo un
llamado a la instalación de alertas tempranas.
¿Qué se hace?
El
diario El Heraldo visitó la dependencia de Ana Cristina Saltarín, jefa de la
Oficina de Prevención y Atención de Desastres del Distrito, para conocer la
estrategia para atender los arroyos cuando llueve, entre otros
cuestionamientos, pero la funcionaria no respondió personalmente, ni vía
telefónica, los interrogantes sobre el tema. Envió un informe de gestión del
riesgo para los arroyos en el distrito de Barranquilla. Dicho plan de acción
comprende tres ejes: Conocimiento del Riesgo, Reducción del Riesgo y Manejo de
Desastres.
Estos
ríos urbanos han ocasionado 90 muertes de personas entre 1933 y 2015 en la
capital del Atlántico, según registros del proyecto Arroyos de Barranquilla,
liderado por estudiantes del colegio Marco Fidel Suárez.
Dicho
análisis fue hecho en ocho arroyos. El primero con más víctimas en ese periodo
es precisamente el de la carrera 21 (30 muertes); en segundo puesto registra
con 17 víctimas; y, en tercer lugar, aparece el de la calle 84, que acumula 13
muertes por inmersión.
Según
el mayor Jorge Fernández, director seccional Atlántico de la Defensa Civil, "desafortunadamente,
a nivel de Alcaldía, no hay unos protocolos establecidos. Dentro de las políticas
de atención manejan unos protocolos generales, en los que prima la vida del
voluntario por encima de cualquier otra situación. Para el tema de arroyos no
hay nada escrito en ninguno de los niveles”, enfatizó.
Cuando
les reportan emergencias, explicó "hasta donde pueden con guayas agarran
los vehículos que son arrastrados y que llevan personas, los cuales son
priorizados, para salvar las vidas. Con las herramientas que tenemos:
salvavidas, chalecos y guayas, improvisamos”, puntualizó el comandante de
Bomberos, quien también mencionó que "la gente a veces tiene un poco de
falta de cultura, hay muchas imprudencias".
A
veces la imprudencia lleva a retar estos cauces.
Amenaza calladita
"Los
arroyos son una amenaza latente, pero lamentablemente las pérdidas de vida
vienen por situaciones de exposición, eso es algo que tiene que marcarse desde
el punto de vista de la prevención. La Ley 1523 obliga a los consejos
municipales de gestión del riesgo a tomar las medidas frente a las temporadas
(de riesgo)”, sostuvieron cuerpos de respuestas.
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