lunes, 14 de diciembre de 2015

DE PÚBLICO INTERÉS / Diez falsos datos sobre los sismos en Mérida


Esta imagen muestra las zonas de mayor actividad sísmica de Venezuela. Destaca el estado Sucre.

En medio de tantos temblores, nada mejor para los merideños que poner en claro cuáles asuntos son puro cuento. Es decir, se cuelan tantos mitos, especulaciones y mentiras que a veces no sabemos si creer o no. Con la ayuda de los recientes datos aportados en distintas conferencias, charlas y conversatorios ofrecidos por los profesores José Choy, Martín Rengifo y Raúl Estévez, todos sismólogos del Laboratorio de Geofísica de la Universidad de Los Andes, vamos a ayudar a poner un poco de orden en la información sobre Mérida y, en general, sobre los terremotos. 

Adelfo Solarte

1.- Mérida es la región más sísmica de Venezuela: FALSO
 Mérida no es el estado más sísmico. En Venezuela la zona más sísmica es el estado Sucre y, luego,  el norte de los estados Monagas y Anzoátegui. Mérida posee el mismo potencial sísmico de, por ejemplo, estados como Lara, Táchira y Miranda.

2.- Ahora ocurren en Mérida más temblores que antes: FALSO
 Los sismos son tan frecuentes ahora como hace siglos. La percepción de que ahora ocurren más temblores se debe, en parte, a que los medios de comunicación son más eficientes y nos informan de inmediato cuando ocurren estos eventos.

3.- Sí se pueden predecir los terremotos con exactitud: FALSO
Todavía los científicos no pueden predecir cuándo ocurrirá un terremoto. Si bien la sismología trabaja para encontrar indicios fiables que anuncien un terremoto, aún no hay posibilidades de anticiparse a un evento telúrico.

4.- Mucho calor, humedad alta y aire estancado
son presagios seguros de terremotos: FALSO
 Volvemos con el asunto de la predicción. No hay relación directa entre el estado del tiempo y los terremotos. Éstos ocurren lo mismo en zonas secas y desérticas, como en las regiones polares, en invierno o en verano, con o sin vientos.

5.- Siempre durante un terremoto, la tierra se abre y se “traga” los edificios: FALSO
 Estas ideas exageradas provienen probablemente de las películas de cine y televisión que quieren impresionar al espectador. Lo que sí pueden formarse son grietas producto de derrumbes, licuación o asentamientos de los terrenos, pero sólo en grandes terremotos.

6.- Es mejor que haya muchos temblores pequeños porque así se libera energía: FALSO
En verdad, proporcionalmente, la energía liberada en pequeños sismos no ayuda a evitar o bajar la posibilidad de un terremoto. O lo que es lo mismo: muchos “temblorcitos” no equivalen a uno grande.

7.- Los terremotos son castigos de Dios: FALSO
 Ahora, hasta los propios los sacerdotes llegan a comprender que los terremotos no son acciones crueles de un poder divino, sino expresiones propias de la dinámica geológica del planeta.

8.- Los terremotos son acciones vengativas de la naturaleza contra el hombre: FALSO
Tampoco es cierto que la Tierra, como planeta, haya escogido los terremotos como un acto para sacudirse de encima a los incómodos humanos. Millones de años antes de que el hombre existiera, había terremotos. Los hubo y los habrá.
  
9.- Un edificio bajo es más seguro que uno con muchos pisos: FALSO
Evidentemente la altura de las edificaciones influye en su comportamiento. Pero variables como el diseño, el tipo de suelo, magnitud del sismo, profundidad, dirección de ondas, aceleración, entre otros factores, pueden hacer que a veces un edificio alto se comporte mejor que uno bajo.

10.-Es imposible sobrevivir a un sismo fuerte: FALSO
 Gracias a la mejoras de los materiales constructivos, a las normas sísmicas y técnicas de preparación, es posible sobrevivir a un terremoto. En varios países (Japón, Chile, México, Estados Unidos, entre otros) hay ejemplos documentados de terremotos que no causaron mayores estragos o en los que mucha gente expuesta pudo salir con vida.


Mérida está expuesta a una dinámica sísmica que debe ser comprendida por sus habitantes, so pena de malintepretar o especular sobre lo que ocurre.


Los simulacros ¿sirven o no?

Con el tema de los simulacros (es decir, prácticas donde se dramatiza un escenario simulado de terremoto para saber cómo actuar nos toque enfrentarlo en la vida real) también existen dudas. Básicamente algunos consideran un fastidio efectuar un simulacro o, simplemente, no lo aplican.  Pese a esta posición, está comprobado que las técnicas de simulacro, prepara no sólo sicológicamente al individuo, inspirándole confianza, sino que le aporta herramientas de comportamiento que en un momento de desastre pueden contribuir en mucho a evitar muertes.

FUE NOTICIA ESTA SEMANA



MÉRIDA

Sacerdotes recibieron
orientaciones ante sismos

Monseñor Baltazar Porras se dirige al grupo de sacerdotes durante un encuentro de fin de año. Allí se aprovechó el cónclave para pasar revista a la situación sísmica.

Alejandro Liñayo y Raúl Estévez fueron ponentes en este encuentro con el clero. Se buscó  ilustrar la necesidad de integrar el aporte de la iglesia hacia el tema de los riesgos.

Gracias al interés y gestiones del Arzobispo Metropolitano de Mérida, Monseñor Baltazar Porras, el pasado jueves se concretó el encuentro entre algunos especialistas y estudiosos de la gestión del riesgo ante desastres, y un grupo de más de 60 sacerdotes, provenientes de las más diversas poblaciones del estado Mérida.

La actividad se cumplió durante el llamado Encuentro Sacerdotal, efectuado a las afueras de Ejido, acto presidido por Monseñor Porras y su cuerpo de coordinadores de la Arquidiócesis.

La charla se centró en dar una explicación resumida y clara sobre el porqué ocurre el actual episodio sísmico, qué se puede esperar de estos eventos, qué rol les toca asumir a los sacerdotes y a la iglesia como institución y cuál es el papel de guías y comunicadores que deberían ejercer los responsables de las parroquias merideñas.

Raúl Estévez, del Laboratorio de Geofísica de la ULA; Alejandro Liñayo, del Centro de Investigación en Gestión Integral de Riesgos (CIGIR) y Adelfo Solarte, Coordinador General de Comunicadores por la Gestión del Riesgos (ComRies), fueron los encargados de facilitar los conocimientos y aclarar dudas con los miembros de la iglesia.

Para el Arzobispo Metropolitano de Mérida este encuentro fue muy útil, dado el peso institucional que tiene la iglesia merideña y la gran responsabilidad de los sacerdotes como guías espirituales de la población pero también coparticipes en la orientación ante circunstancias como las que actualmente vivimos con los sismos. /CNP: 8965



MÉRIDA

Klaudia Laffaille: debemos
ocuparnos de la vulnerabilidad


El conversatorio abordó no sólo las causas de la actual tormenta sísmica sino que también apuntó a develar posibles consecuencias.

Recientemente, en el auditorio César Rengifo, de la Universidad de Los Andes, se desarrolló una charla conversatorio acerca de la tormenta sísmica por la que está atravesando actualmente el estado Mérida.

Klaudia Laffaille, arquitecta y miembro de la Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico dijo en esa actividad que los merideños ya “tenemos idea y conocemos las características de los sismos ocurridos, pero no nos estamos ocupando en ser menos vulnerable”.

Considera la también profesora de la ULA que la intención con estos encuentros “es que en la colectividad se comiencen a tomar acciones para un comportamiento más adecuado”.

Por ejemplo, dijo Laffaille que uno de los aspectos que cada persona debe tener claro, es cuáles son las zonas seguras a las que debe dirigirse en caso de una eventualidad, ya sea en sus sitios de trabajo u hogar.

Señaló también que en Mérida existen zonas que son de gran vulnerabilidad, además hay edificaciones cuya construcción data de los años 1800 y 1900, por lo que las personas que allí habitan deben comprender que esas edificaciones podrían colapsar ante un evento. / Con información a partir de la nota de Prensa ULA.




lunes, 7 de diciembre de 2015

CUMPLE UN MES / Tormenta Sísmica de Mérida se mantiene activa

El gráfico muestra la actividad sísmica venezolana durante el pasado mes de noviembre de 2015. Con 243 eventos registrados,  superiores  a magnitud  2.5, fue sin duda uno de los meses de mayor incidencia telúrica de las últimas décadas. Casi un  92% de los sismos mostrados ocurrieron en suelo merideño. / Fuente: Funvisis

No se ha apagado.  Como para que los andinos, y merideños en especial, no se olvidaran del canto telúrico que se registra bajo sus pies, este lunes 7 de diciembre volvió a temblar. La magnitud fue modesta, un 3.4, pero lo suficiente notoria para advertir  que la llamada tormenta sísmica no tiene una fecha establecida para dejar en calma ese pedazo de suelo equidistante entre Mérida y El Vigía.

Los registros que en tiempo real llevan los técnicos de Funvisis  hablan de un noviembre con un protagonismo telúrico merideño sin rivales.  Sólo el aún más sísmico estado Sucre mostró una actividad que durante los dos últimos días de noviembre logró que la gente moviera los ojos del mapa de Mérida hacia el oriente venezolano.

Pero diciembre ha reconfirmado que la llamada Tormenta Sísmica de Mérida sigue activa.Tal vez muy activa.

Las mediciones hablan: 20 de los 23 sismos registrados por Funvisis durante la primera semana de diciembre (del 1ro al 7 de diciembre) corresponden al estado Mérida y se ubican en las inmediaciones del municipio Sucre, siempre cerca de la población de Lagunillas,  comunidad que para los expertos dio nombre a los dos sismos de magnitud 5.1 que estremecieron la geografía merideña el 7 y el 22 de noviembre, respectivamente.

Durante noviembre, a la par de los sismos, ha habido, ya sobre la tierra, otro concierto: esta vez el de los expertos quienes invitados por entes de gobierno, centros educativos, gremios y distintas organizaciones e instituciones, han intentado aclarar lo que ocurre con el actual episodio sísmico y sus repercusiones.

Lo más destacado (y en ello concuerdan especialista como José Choy yRaúl Estévez) es que la gran actividad sísmica que se registra no es un hecho novedoso en suelo merideño (ha habido otras en el pasado). También los sismólogos han dejado en  claro que no existe una relación exacta, digamos matemática, entre un período de tormenta sísmica y el advenimiento de un terremoto. Dicho esto, siempre subrayan que dada la probabilística sísmica, las llamadas anomalías, como la que acontece en este momento, deben ser monitoreadas y seguidas muy de cerca, ya que siempre queda la posibilidad, debido en este caso al historial telúrico de la región, que pueda sobrevenir un sismo de mayor magnitud a lo que hasta ahora nos ha mostrado la falla de Boconó, responsable de la inquietud del suelo.

Nadie sabe cuándo terminará la tormenta sísmica. Pareciera que en principio sería un asunto de semanas, un evento confinado a noviembre. Pero esta actividad sísmica ha tenido, por decirlo de alguna manera, su “personalidad”, distinta a las anteriores.  Y eso llama la atención de los científicos. Tanto que el olor de diciembre y la Navidad no los hará apartar la mirada de lo que ocurre cerca de Lagunillas. La tierra decidirá cuándo dar un bostezo y volverse a dormir.




La tormenta sísmica de Mérida sigue activa: incluso este siete de diciembre se registró un nuevo temblor magnitud 3.4, tal como muestra la ficha técnica de Funvisis.



PREVENIMOS DESASTRES / Proyecto Cesap-UE cumplió su segundo taller de réplica



Los participantes mostrando orgullosos sus acreditaciones.


El Grupo Social CESAP, con el apoyo financiero de la Unión Europea, viene desarrollando en 8 municipios del país  un proyecto con el lema Prevenimos Desastres Planificando Seguro y que lleva por título completo: Gestión del Riesgo de Desastres, Fortalecimiento de Capacidades y Procesos de Planificación Estratégica Participativa  para el Desarrollo Local Sostenible del Territorio.
Esta importante iniciativa, inédita en Venezuela,   busca la reducción de desastres en el ámbito local y el logro de una mayor Resiliencia ante eventos adversos, desarrollando una gestión prospectiva para evitar y prevenir la conformación del riesgo futuro.

En el caso de Mérida, el proyecto se apoya en la Asociación Civil Uniandes y en el respaldo institucional que brinda la Alcaldía del Municipio Libertador, ente de gobierno que ha puesto a varios de sus funcionarios a formar parte del proceso de formación y acción que implica la iniciativa.

Precisamente como parte de las acciones de capacitación, el pasado viernes 27 de noviembre, en la sede de Uniandes y durante todo el día, se cumplió con el segundo taller de réplica, actividad que lleva ese nombre porque reproduce (replica) los conocimientos y herramientas que habían sido impartidos a un grupo base de funcionarios de la Alcaldía de Mérida, en el II Taller Nacional del proyecto.

La actividad, en la que tomaron parte más de 20 participantes, se desarrolló sin contratiempos y en la misma varios ponentes explicaron, sobre todo, herramientas para determinar el riesgo de determinados espacios urbanos.

Vale recordar que Prevenimos Desastres Planificando Seguro es un proyecto nacional, y en el mismo participan los municipios Mario Briceño Iragorry (estado Aragua) Iribarren (estado Lara), Sucre (estado Sucre), San Francisco (estado Zulia) Valera (estado Trujillo) Guanta (estado Anzoátegui) Sucre (estado Miranda) y Libertador (estado Mérida). /AS CNP: 8965




Uniandes fue el espacio en el que más de 20 participantes prosiguieron su proceso de formación en temas vinculados a la gestión de riesgos.

ENCUENTRO / La Iglesia asume su rol ante el riesgo sísmico

La iglesia merideña administra más de 700 templos, muchos de gran valor patrimonial. Este es un elemento determinante a la hora de acciones en escenarios sísmicos.

Ante la intensa actividad sísmica que se viene manifestando en Mérida, desde hace un mes exacto, las principales instituciones han buscado la forma de canalizar su participación con respecto a este escenario de riesgo. La iglesia, que mueve decenas de miles de creyentes en sus templos y es una gran comunicadora como institución, también se ha integrado a esta inquietud en la que la preocupación está dando paso a la acción.

Adelfo Solarte
adelfo.solarte@gmail.com


Varios aspectos se suman para hacer que el rol de la Iglesia, como institución, sea crucial en cuanto a fijar posición ante el impacto de los riesgos de desastres y de manera concreta, en este momento particular, en función del riesgo sísmico.
Para empezar, en Mérida la Iglesia es una institución fundamental, histórica y determinante en las relaciones sociales y en la definición de lo que pudiéramos llamar la personalidad social del merideño. Es una institución que configura de forma sustancial el hecho cultural de la región andina.
Esa presencia se traduce, ya de forma tangible, en la administración de alrededor de 750 templos repartidos en toda la geografía merideña, muchos de ellos verdaderas referencias arquitectónicas, históricas y patrimoniales. Se debe destacar que estas estructuras han sido históricamente afectadas, dado su diseño y otras variables  constructivas, por sismos de regular intensidad y por supuesto por los terremotos históricos de 1673-74, 1812, 1894, entre los más destacados.
Para todos los merideños ha sido referencial, como imagen icónica, la estructura de la torre de la iglesia de Chiguará, parcialmente dañada por el reciente sismo magnitud 5.1, del 7 de noviembre de este año.
Pero también la Iglesia, como institución, hace frente a una gran responsabilidad debido a que esos templos, y todos los espacios en los cuales la iglesia desarrolla su actividad religiosa y espiritual, frecuentemente se llenan de feligreses. Son cientos y en algunos momentos miles las personas que buscan cobijo espiritual en los espacios de la iglesia católica.
Ante esta realidad, el principal vocero de la iglesia en Mérida, Monseñor Baltazar Porras Cardozo, Arzobispo Metropolitano de Mérida, abrió las puertas del Palacio Arzobispal a un grupo de especialistas en gestión del riesgo, con la idea no sólo de orientar la participación de la arquidiócesis en estos momentos de intensa sismicidad, sino también en definir los aportes que pueden lograrse usando el potente musculo social de la iglesia.

Radiografía útil

El encuentro en el que Monseñor Baltazar Porras fungió de anfitrión, se efectuó en uno de los salones de reuniones del Palacio Arzobispal. Monseñor se hizo acompañar por los presbíteros Carlos Zambrano, Reinaldo Muñoz y el popular Padre Luis Enrique “Kike”. También se encontraba presente la investigadora Ana Hilda Duque, Directora del Archivo Arquidiócesano, experta en temas históricos vinculados a la iglesia.
Junto a ellos estuvieron como contraparte en el campo de la gestión de riesgos el físico Raúl Estévez, destacado sismólogo; el ingeniero Alejandro Liñayo, presidente del Centro de Investigación en Gestión Integral del Riesgo (Cigir), el ingeniero Pedro José Montilla, del Grupo de Investigación Sísmica de la Facultad de Ingeniería de la ULA, el ex rector de la ULA Genry Vargas y el periodista  Adelfo Solarte, coordinador general de la organización Comunicadores por la Gestión del Riesgo (ComRies).
En este encuentro destacó una resumida pero completa explicación de las características sísmicas de Mérida y una aproximación al actual escenario sísmico, aportada por el profesor Estévez.
Por su parte Alejandro Liñayo expuso algunas recomendaciones que desde su óptica pudiera asumir la iglesia, enfocadas algunas hacia medidas de prevención y mitigación entre las que destacan la de tomar muy en cuenta los elementos no estructurales ubicados en el interior de los templos para fijarlos con procedimientos sencillos que eviten que los mismos puedan caer sobre las personas. En otros casos se trata de acciones de respuesta, de acción ante un posible evento sísmico de gran magnitud y sus ulteriores consecuencias.
El ingeniero Pedro José Montilla mencionó que existen estudios que orientan sobre las condiciones estructurales de varios templos merideños, investigación que pudiera guiar acciones específicas de intervención en aquellos espacios más comprometidos ante un futuro terremoto.

Espíritu y acción

Monseñor Porras y el cuerpo de sacerdotes que lo acompañó en el encuentro, escucharon con suma atención las explicaciones, expectativas y recomendaciones de los especialistas. Agradeció la reunión y dejó abiertas las puertas para futuros encuentros.
De forma específica, Monseñor Porras, quien también es geógrafo e historiador y además presidente de Cáritas de Venezuela (una organización con  mucha trayectoria en el campo de la organización y respuesta ante desastres) aceptó revisar la información relativa al estado físico de los templos merideños, incluso se propuso la aplicación de alguna herramienta que permitiera hacer un diagnóstico inicial de posibles daños o debilidades estructurales.
También anunció la realización, durante la segunda semana de diciembre, de un nuevo encuentro con el clero, de tal forma de insistir en la integración de la iglesia y sus hombres y mujeres, a las iniciativas por mejorar las condiciones de Mérida ante escenarios de riesgos.


Una vista de la importante reunión encabezada por Monseñor Baltazar Porras Cardozo.

Atentos, los miembros del clero escucharon algunas recomendaciones de los especialistas.


Pastores y comunicadores

De los temas que fueron tratados y reiterados durante el encuentro entre Monseñor Baltazar Porras, como Arzobispo Metropolitano de Mérida, y el conjunto de especialistas en el área sísmica y de gestión de riesgos, resaltó el rol comunicacional de la iglesia, ya que los sacerdotes, ante su feligresía, no sólo cumplen una función espiritual, de guías, sino que ante la posibilidad de dirigirse frecuentemente a grandes auditorios, pueden contribuir a aportar información de calidad en temas como la sismicidad y sus consecuencias. Pueden ayudar a recordar las condiciones geológicas de Mérida e incluso a instruir de forma general sobre qué hacer en caso de presentarse un sismo de mayor magnitud en suelo merideño.



MÉRIDA / Cinco claras lecciones que nos va dejando la tormenta sísmica

Las ODDI han sido una respuesta institucional para canalizar parte de las acciones de respuesta ante la cadena de eventos sísmicos.

Hemos pasado por sustos y desesperación. Nos hemos reunido como hacía tiempo no lo hacíamos: hemos escuchado con atención infinita, las explicaciones de los expertos como si fuésemos niños pequeños impresionados con un cuento de hadas. Este noviembre será recordado como el mes de los sismos y tal vez como el inicio de una relación más madura de los merideños con el territorio que hemos escogido para vivir.

Adelfo Solarte
adelfo.solarte@gmail.com

Muchas son las lecciones, contundentes, que nos han dejado los recientes eventos sísmicos que se han sucedido en Mérida, casi sin interrupción, desde el pasado 7 de noviembre. Con dos sismos magnitud 5.1, cerca de 20 con magnitudes superiores a 4, y cientos de pequeños movimientos, en verdad ha habido poco tiempo para bajar la guardia de la atención a lo que está pasando.
Ya se había mencionado en este mismo espacio informativo que Mérida se ha convertido en “un gran aula sísmica”. Veamos cinco de las lecciones que nos dejan los temblores hasta ahora y que develan algunas de nuestras fortalezas y debilidades ante la condición de estado sísmico que nos toca aceptar, entender y atender.

LECCIÓN 1 / El temor como motor

Pues sí: del salto de la cama en la madrugada, por aquel temblor del 7 de noviembre, a decenas de reuniones gubernamentales y ciudadanas, es evidente que el miedo ha sido convertido en acciones. La idea ahora es echarle el combustible de la sostenibilidad a todas estas iniciativas.

LECCIÓN 2 / Mérida sí se mueve

Pese a la prédica de los expertos (sismólogos, geólogos, físicos, geógrafos) que durante décadas nos han recordado la naturaleza sísmica de Mérida, nada mejor que los propios temblores para dejar en claro esa información. Mérida sólo nos dijo: “sí, me muevo y mucho”.

LECCIÓN 3 / No hay adivinos

Algo sí ha quedado ratificado por los expertos, en todos los escenarios en los que les ha tocado hablar: no es posible predecir cuándo va a ocurrir un terremoto. Sí alguien lo supiera, ya tendría un premio Nobel. Ante esa incertidumbre, hay que tomar previsiones.

LECCIÓN 4 / Pero de que viene, viene

Mérida no está enferma de temblores. Esa es más bien una condición. Igual le pasa a Caracas, Cumaná, San Cristóbal y otras ciudades de Venezuela y del mundo. La historia ha mostrado que se han dado terremotos en el estado Mérida y por lo tanto el futuro nos reserva un nuevo encuentro sísmico importante.

LECCIÓN 5 / Las réplicas son campanadas

Otra cosa dicen los que saben: no necesariamente una tormenta sísmica tiene como capítulo final un terremoto. Ha habido varios de estos también llamados “enjambres” en nuestra historia y no siempre incluyen “uno grande”. Pero dicho esto, sería por lo demás imprudente no tomar acciones ante una situación tan activa como la actual.


El tema de la preparación de un kit de seguridad ha estado en el discurso de todos. Muchos se han animado a armarlo y tenerlo a la mano.

¿Qué esperar de nosotros mismos?

A la par que los habitantes de Mérida, como estado, vamos digiriendo los temblores, se plantean retos importantes para todos los sectores: de los gobernantes se aspira una conciencia más clara de lo que significa la gestión de riesgos ante desastres, como germen político inserto en la hoja de prioridades. De los expertos, una aún mayor acción extramuros, como transmisores directos de los saberes hacia la ciudadanía. Y a las comunidades, la misión de no darle cabida a la ignorancia y al olvido que constituyen el abono de los verdaderos desastres.



FUE NOTICIA ESTA SEMANA



COLOMBIA

Feligreses piden reconstrucción
de la iglesia de Gramalote

Luego de cuatro años del deslizamiento del cerro de la Cruz, en el pueblo de Gramalote en Norte de Santander (Colombia), y de las repetidas solicitudes de la comunidad católica para que se reconstruya la estructura, la Iglesia asegura que no se ha puesto un solo ladrillo en la obra.
De acuerdo con la Iglesia, el presidente Santos se comprometió hace años a la reconstrucción del lugar, no obstante, las comunidades critican el proceso ya que ha tardado demasiado.

Ante la falta de cumplimiento por parte del Gobierno de Santos, el obispo de Cúcuta, monseñor Julio César Vidal Ortiz, señaló en conversación con Caracol Radio que el templo que sufrió el deslizamiento era la estructura más emblemática en el pueblo.

Como dato curioso, vale indicar que la malograda imagen de la iglesia de Gramalote, destruida en 2010 por los deslizamientos de tierra, fue falsamente usada para mostrar supuestos daños del sismo de magnitud 5.1 ocurrido el 7 de noviembre en el estado Mérida. / Nota tomada parcialmente de la página http://www.elespectador.com/



VENEZUELA

El cine es herramienta para
mejorar la cultura sísmica

Durante cuatro días, y como parte de las estrategias de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) - con el apoyo del Instituto de Protección Civil y Administración de Desastres del estado Mérida (Inpradem) y la Gobernación del estado Mérida -  se presentó en la zona metropolitana de esta entidad el  ciclo de cine-foros: Venezuela sísmica.

Según los responsables de la actividad, el objetivo del ciclo fue incidir en el aumento de la cultura sísmica en la región, en la que desde el pasado sábado 7 de noviembre se han suscitado dos sismos de magnitud 5,1 y más de 300 réplicas.


La actividad "Venezuela sísmica", permitió a los asistentes (en Tabay, Mérida, Ejido y Mesa de Los Indios) conocer con detalle por qué Venezuela es un país sísmico, las principales fallas que atraviesan la región y sus implicaciones. / Nota adaptada a partir de Prensa Funvisis.

YA NOS PASÓ / Lagunillas fue más fuego que agua

Una vista de lo que fue Lagunillas de Agua, tras el incendio que la arrasó.

Pese al importante desarrollo de la industria petrolera, y de los muchos accidentes e incidentes que en las últimas décadas  se han sucedido en las instalaciones venezolanas, fue en el ya lejano 13 de noviembre del año 1939 cuando se generó, en nuestro país, el primer y hasta el día de hoy más importante desastre tecnológico.

Esta tragedia ocurrió cuando una avería en el pozo número 1 de la hoy extinta compañía Venezuela Gulf Oil Company provocó  la fuga de una gran cantidad de líquido y gases inflamables que se depositaron sobre las aguas del lago de Maracaibo, a la altura de lo que hoy es la población de Lagunillas, en el estado Zulia.

Por allá, a finales de los años treinta, esa zona era ocupada por gran cantidad de palafitos que coexistían con una infraestructura petrolera que comenzaba a diseminarse aceleradamente de la mano del boom petrolero. La fiebre del oro negro tal vez no reparaba mucho en aspectos de seguridad.

El incendió que se registró  en horas de la noche de ese 13 de noviembre, luego de varias horas de detectarse entre los habitantes fuertes olores y una espesa nata obscura que flotaba sobre las aguas, incineró más de 300 palafitos (casas sobre el agua). Aunque nunca se tuvo una cifra exacta y definitiva del número de víctimas, algunas fuentes indican que pudieron haber muerto cientos de personas, incluso se llega a especular que pudo haber 5 mil fallecidos.

Ya nos pasó, nos puede volver a pasar…




MÉRIDA / Sigue en marcha el Plan Integral de Prevención Sísmica

Imagen alusiva a una pared perimetral del Cementerio de Chiguará, afectada por el sismo del 7 de noviembre de 2015.

El plan integral de prevención sísmica está enfocado en tres ejes transversales. Esta acción  ha sido activada en el estado Mérida, en la región andina de Venezuela, como una respuesta del Estado para fortalecer la articulación institucional, identificar y mitigar riesgos e impulsar la formación colectiva con información veraz. 

La acción de tres aristas principales responde  por un lado a la intensificación de la actividad sísmica en la región andina, evidenciada en la ocurrencia de dos movimientos telúricos de magnitud 5,1 los días 7 y 22 de noviembre y en el mantenimiento de esta actividad a lo largo de un mes.
Luis Omar Ditta, de la Dirección de Política Integral de la Gobernación de Mérida, detalló las acciones generales emprendidas por la coalición de instituciones en la entidad.
“Esta es una planificación que contempla la atención a todo el estado para prevenir y aportar elementos de protección a toda la población”, resaltó.
Informó que la acción principal de articulación institucional es la activación de órganos de Dirección de Defensa Integral (ODDI) en los 23 municipios del estado.
Instancias gubernamentales y no gubernamentales, instituciones de seguridad y prevención, Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), Aguas de Mérida, Corporación Eléctrica Nacional, Sistema de Misiones del Estado, Corporación de Salud y la Fundación de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) destacan en esta coalición de fuerzas.
“El objetivo es poner a punto un plan especial de atención para el pueblo, como medida preventiva ante eventos adversos, especialmente en el eje Metropolitano del estado, es decir, en los municipios Sucre, Campo Elías y Libertador”, añadió Ditta.

La comunicación como prioridad

Como arista de acción territorial han sido identificadas las zonas especiales de atención y prevención denominadas áreas de Defensa Integral (ADI), que son en última instancia el foco al cual dirigir las acciones.
Compete a la Subcomisión de Teleinformática, Comunicación y Manejo Informativo de los ODDI la planificación de estrategias comunicacionales y de formación.
Iván Alfonso Rivera, vocero de esta instancia, explicó que la acción principal se orienta a fortalecer la capacidad del pueblo para actuar antes, durante y después de un movimiento telúrico, con énfasis especial en todas las medidas para la mitigación de riesgos potenciales en comunidades y hogares.
“Ese trabajo comunicacional es muy importante, porque la difusión de informaciones no oficiales y alarmistas afecta de manera negativa a la población. La idea es informar incorporando elementos que fortalezcan la prevención”, destacó.

Anunció que a corto plazo se pondrá en marcha una capacitación especial para comunicadores sociales, comunicadores populares y periodistas, con miras a estandarizar los recursos y métodos de comunicación efectiva y preventiva, para fomentar a la par el uso responsable y pertinente de las redes sociales. / Prensa AVN