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miércoles, 9 de septiembre de 2015

Inundaciones sin lluvias


Inundaciones en Kasese (Uganda)  /  Foto: DENIVA (miembro de Uganda de GNDR)


¿Puede haber una inundación en un pueblo cuando no ha llovido? ¡Sí! Lucy profundiza sobre algunos ejemplos publicados en la campaña ‘365 desastres’, en los que se destaca que, frecuentemente el mal desarrollo es el factor clave en los a veces mal llamados desastres "naturales". 

Por:  Lucy Pearson
Coordinadora de Incidencia

Ya hace más de 3 meses que se está llevando a cabo la campaña ‘365 desastres’, y se ha informado de una gran diversidad de tipos de desastres. Lo que ha quedado en evidencia es que el mal desarrollo ha sido un factor clave en una gran cantidad de estos eventos.

El día 38 DENIVA, un miembro de GNDR, informó a la campaña acerca de las inundaciones en Kasese, en el oeste de Uganda, que provocaron la evacuación del hospital local y dañaron muchos hogares. Pero ese día no llovía en Kasese. Sin embargo, sí llovía en una aldea de las laderas que se encuentra a kilómetros de distancia. A medida que la lluvia caía por las colinas, bajando hasta Kasese, nunca encontró un lugar por donde drenar. El drenaje en Kasese es particularmente pobre, debido a la construcción inapropiada. En esta zona de Uganda, ha habido una tendencia a aumentar la construcción de carreteras y edificios, sin tener en cuenta los canales para el agua de lluvia. Esto da lugar a que la lluvia golpee el cemento sin tener a donde ir, lo que lleva a que se inunde a kilómetros río abajo de donde llovió.

El día 53 la campaña informó de un desastre denunciado por un miembro de GNDR, Pattan Development Organisation, de Pakistán. El 17 julio, treinta minutos de lluvia causaron una inundación repentina en Chitral, al norte de Pakistán. Dos personas perdieron la vida, se destruyeron caminos, las casas se quedaron sin electricidad, y a este conflicto se sumó que las comunidades sufrieron la escasez resultante de agua limpia. Asimismo, en consecuencia, se produjeron deslizamientos de tierra que causaron más daños en las carreteras y puentes. Sarwar Bari, Coordinador Nacional de Pattan Development Organisation, nos comentaba que "Durante la época de lluvias, los deslizamientos de tierra son muy comunes. Cuando pasé en julio por esta zona del norte de Pakistán, tuve que detenerme o disminuir la velocidad en al menos 20 lugares diferentes, a lo largo de un tramo de unos 150 kilómetros, debido a los deslizamientos de tierra". Sarwar dice que estas inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra ocurren con más frecuencia en los lugares donde ha habido deforestación. 

Desde 1980, cuando se comercializaban los bosques y se abolió la propiedad comunitaria, el país fue testimonio de una "mafia de la tierra" muy activa en Pakistán, que fue la que causó la consiguiente reducción de la cubierta forestal a apenas el 3% del territorio nacional. Sin la presencia de árboles que absorban las lluvias torrenciales, los niveles de agua suben más rápidamente, y sin sus raíces que fortalezcan el suelo, al saturarse las laderas la tierra se derrumba con mayor facilidad. Así, pese a que la intensa lluvia durante 30 minutos pudo haber sido un factor desencadenante en el daño observado el 17 de julio, los factores más importantes probablemente hayan sido la tala incontrolada de árboles y la mala gobernanza.

Finalmente, a principios de agosto, la campaña ‘365 desastres’ informó acerca de un caso de violencia en Kenya. AFOSC Kenia, miembro de GNDR, nos informó del evento a través de Facebook, compartiendo con nosotros el fallecimiento de 2 personas debido al enfrentamiento entre comunidades, por desacuerdos sobre el uso de la tierra agrícola en la provincia de Tana River. En este caso, todos los factores entraron en juego: el aumento del costo de la tierra, la falta de mecanismos para defender los derechos de la tierra, y la mala planificación de la tierra. Dado que las familias no pueden pagar los crecientes precios de la tierra y que los gobiernos locales y nacionales no defienden sus derechos a la tierra, siguen aumentando estos conflictos por los recursos.

Estos ejemplos demuestran que, cuando se trata de desastres que afectan a las comunidades cada día en todo el mundo, los fenómenos naturales no pueden ser el factor más crítico que está en juego. Y es así que los enfoques acerca de la reducción de los impactos de desastres, no pueden centrarse únicamente en hacer frente a estos elementos naturales. Para reducir el número de personas que fallecen en los deslizamientos de tierra, tienen que mantenerse leyes que protejan el ecosistema y la forestación. Para reducir la interrupción de los servicios básicos después de las inundaciones, las metodologías de construcción deben permitir que corra la lluvia. Durante este mes se concretaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y cuyo objetivo es garantizar la sostenibilidad de las personas, el planeta y la paz. La visión es la de un mundo libre de pobreza, hambre y enfermedades, donde cualquier vida pueda prosperar sin miedo. La comunidad de la RRD había estado presionando para que la resiliencia no sólo fuera un objetivo intersectorial dentro de los ODS, sino que también estuviese enmarcada como un desafío para el desarrollo. 

En el documento recientemente publicado sobre los ODS, se reconoce la interconexión entre los desastres y el desarrollo. Pero, una vez que los gobiernos hayan adoptado formalmente el nuevo marco, entre los días 25 y 27 de septiembre, será importante asegurarnos de que les seguimos recordando que los desastres son un problema del desarrollo. Sólo cuando se vean los desastres como una manifestación de los fracasos del desarrollo, los estados serán capaces de alcanzar los objetivos ambiciosos de los ODS, y los del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres (SFDRR). Sin este cambio en la forma de pensar, las estrategias para reducir la pobreza será ineficaces, y nunca se alcanzarán los objetivos de la reducción de las pérdidas por desastres. Así que ayudémosles a recordar: comparta con nosotros y con el mundo ejemplos de los desastres que ocurren cada día en su área, y aprovechemos juntos el ímpetu y la atención dedicada a la aprobación en septiembre del nuevo marco del desarrollo sostenible, para concienciar sobre cómo los fracasos del desarrollo están causando desastres cada día.

domingo, 6 de septiembre de 2015

No debemos subestimar a los arroyos y riachuelos


 Una vista de la quebrada en el Parque Chorro del Indio. Varias vidas se ha cobrado este aparentemente inofensivo cauce.

La experiencia de la Alcaldía de Barranquilla indica que varios arroyos en esa ciudad han causado gran cantidad de situaciones que afectan la vida, integridad y la propia dinámica urbana. En Venezuela pasa igual en muchas ciudades. Presentamos este trabajo desde las páginas del diario El Heraldo, de Colombia, a modo de ejemplo de lo que podría hacerse en nuestra realidad.

Publicado por: El Heraldo


Cuando llueve en Barranquilla hasta el Sistema Integrado de Transporte Masivo (Transmetro) se ve obligado a suspender su operación en su ruta troncal de la calle Murillo, entre otras, debido a la fuerza de los arroyos. Pese a los esfuerzos de la Alcaldía por intervenir algunos de estos cauces, el problema aún sigue vigente y cobrando vidas.
El caso de la menor fallecida en el arroyo de la carrera 21 avivó el tema de las medidas que deben tomar las autoridades locales y organismos de socorro al momento de atender una emergencia en las zonas de riesgo.

Jaime Pérez, comandante del Cuerpo Oficial de Bomberos de la ciudad, explicó que "con lo que tienen atienden cada emergencia que les reporta la ciudadanía”. Mientras que Jorge Fernández, director seccional Atlántico de la Defensa Civil, aseguró que "no hay unos protocolos establecidos” por la Administración Distrital para atender las eventuales emergencias. Además, Carlos Iván Márquez, director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), hizo un llamado a la instalación de alertas tempranas.

¿Qué se hace?

El diario El Heraldo visitó la dependencia de Ana Cristina Saltarín, jefa de la Oficina de Prevención y Atención de Desastres del Distrito, para conocer la estrategia para atender los arroyos cuando llueve, entre otros cuestionamientos, pero la funcionaria no respondió personalmente, ni vía telefónica, los interrogantes sobre el tema. Envió un informe de gestión del riesgo para los arroyos en el distrito de Barranquilla. Dicho plan de acción comprende tres ejes: Conocimiento del Riesgo, Reducción del Riesgo y Manejo de Desastres.
Estos ríos urbanos han ocasionado 90 muertes de personas entre 1933 y 2015 en la capital del Atlántico, según registros del proyecto Arroyos de Barranquilla, liderado por estudiantes del colegio Marco Fidel Suárez.
Dicho análisis fue hecho en ocho arroyos. El primero con más víctimas en ese periodo es precisamente el de la carrera 21 (30 muertes); en segundo puesto registra con 17 víctimas; y, en tercer lugar, aparece el de la calle 84, que acumula 13 muertes por inmersión.

Según el mayor Jorge Fernández, director seccional Atlántico de la Defensa Civil, "desafortunadamente, a nivel de Alcaldía, no hay unos protocolos establecidos. Dentro de las políticas de atención manejan unos protocolos generales, en los que prima la vida del voluntario por encima de cualquier otra situación. Para el tema de arroyos no hay nada escrito en ninguno de los niveles”, enfatizó.
Cuando les reportan emergencias, explicó "hasta donde pueden con guayas agarran los vehículos que son arrastrados y que llevan personas, los cuales son priorizados, para salvar las vidas. Con las herramientas que tenemos: salvavidas, chalecos y guayas, improvisamos”, puntualizó el comandante de Bomberos, quien también mencionó que "la gente a veces tiene un poco de falta de cultura, hay muchas imprudencias".





A veces la imprudencia lleva a retar estos cauces.


Amenaza calladita


"Los arroyos son una amenaza latente, pero lamentablemente las pérdidas de vida vienen por situaciones de exposición, eso es algo que tiene que marcarse desde el punto de vista de la prevención. La Ley 1523 obliga a los consejos municipales de gestión del riesgo a tomar las medidas frente a las temporadas (de riesgo)”, sostuvieron cuerpos de respuestas.

domingo, 12 de abril de 2015

YA NOS PASÓ / Las inundaciones del 2011 fueron severas en el Sur del Lago



El Sur del Lago sufrió en 2011 una de sus peores inundaciones.


Cuando llegó el mes de mayo del año 2011,  las comunidades ubicadas en  el Sur del Lago de Maracaibo llevaban más de tres meses de lluvias continúas.

Ese mes de mayo, las inundaciones dieron por ciertos los estudios de la Organización de Naciones Unidas en los que se confirma que 99 de cada 100 desastres en Latinoamérica son causados por lluvias, inundaciones, olas de calor, sequías y deslizamientos.

Nos referimos a  todo eso que solemos agrupar en los denominados eventos de tipo hidrometeorológicos.

A los cientos de damnificados que generaron las tormentas en conjunción con una población vulnerable se sumó un negativo impacto en la producción de alimentos que provienen de esa zona.

Y es que una inundación severa  también puede ahogar la comida y en aquella ocasión nos quedamos hasta sin plátanos.

Ya nos pasó… nos puede volver a pasar.