martes, 28 de abril de 2015

De terremotos lejanos a preocupaciones cercanas

 Un aspecto desolador de los efectos del Terremoto de Nepal. En este caso se observa la desmoronada Torre Dharahara de Katmandú, hasta hace pocos días símbolo de la ciudad.

Casi todo el mundo está medianamente informado sobre la tragedia que asola al pueblo de Nepal: el sábado 25 de abril hubo un terremoto de magnitud 7.8 que ha dejado, según los últimos informes, casi 3 mil víctimas.  La ayuda humanitaria se activó pero también la necesidad de recalcar la atención a las condiciones de vulnerabilidad que nos pueden afectar. Venezuela debe ser parte de ese debate.

Adelfo Solarte

Con su millón de habitantes a cuestas, la capital de Nepal, Katmandú, es un hervidero cultural. Dado que se ubica como testigo del mayor espectáculo montañoso de la Tierra, gracias que está rodeada por la Cordillera del Himalaya y su emblemático Monte Everest, Katmandú es un dinámico punto turístico del planeta.
Es también Katmandú una ciudad de precario comportamiento ante su realidad sísmica. Esas moles de más de 8 mil metros de altura que la custodian son testigos de las colosales fuerzas de la Tierra.
Nepal fue castigada no por el terremoto de magnitud 7.8 que se asomó por poco menos de 2 minutos el pasado 25 de abril. Fue castigada por muchos otros factores sociales, económicos, políticos y físicos que, unidos, modelaron una vulnerabilidad advertida por los especialistas a quienes no les extraña que se haya pagado una alta factura por semejantes desatenciones.
Más de 2.500 personas han muerto y más de 5.000 han quedado heridas, según las últimas cifras oficiales. Es el peor terremoto desde 1934, cuando 8 mil 500 personas perdieron la vida.

El caso venezolano

Pese a lo crudo que pudiera sonar, si algo positivo tienen estas tragedias que a ratos tocan el corazón de la humanidad, es que permiten reorientar las miradas hacia las responsabilidades que deben asumirse para evitar nuevos escenarios de luto.
De allí que nos parece oportuno, reproducir los siguientes párrafos, preparados por Funvisis para responder a la pregunta… ¿Es Venezuela un país sísmico? La respuesta es clara y la posición que debemos tomar ante el contundente sí, debería ser más nítida aún. Por favor, lea:
Los eventos sísmicos representan uno de los mayores riesgos potenciales en Venezuela en cuanto a pérdidas humanas y económicas.
En la actualidad, aproximadamente un 80% de la población vive en zonas de alta amenaza sísmica, variable que aumenta el nivel de riesgo, haciéndolo cada vez mayor a medida que se eleva el índice demográfico y las inversiones en infraestructura.
Desde la fundación de los primeros asentamientos coloniales en el Siglo XVI, el país ha sufrido los efectos de los terremotos. Su historia sísmica revela que durante el período 1530-2004, han ocurrido más de 130 eventos sísmicos, los cuales han provocado algún tipo de daño en varias poblaciones venezolanas.
En Venezuela, la zona de mayor actividad sísmica corresponde a una franja de unos 100 km de ancho, definida a lo largo de los sistemas montañosos de Los Andes, la Cordillera Central y la Cordillera Oriental, lugares en los que se ubican los principales sistemas de fallas sismogénicas del país: Boconó, San Sebastián y El Pilar, respectivamente.
Además de este sistema de accidentes tectónicos, existen otros sistemas activos menores (por ejemplo: Oca-Ancón, Valera, La Victoria y Urica) capaces de producir sismos importantes.

Los sistemas de fallas de Boconó - San Sebastián - El Pilar, han sido propuestos como el límite principal entre las Placas Caribe y América del Sur, causante de los sismos más severos que han ocurrido en el territorio nacional. 

Este mapa, elaborado por Funvisis, es harto elocuente en torno a si Venezuela es un país sísmico y además muy preciso en apuntar dónde tenemos que poner más atención al tema preventivo.


¿Qué es de la vida de Richter?

Dado que siempre los sismólogos y los especialistas en eventos sísmicos (geólogos, físicos, entre otros) nos advierten de no usar la expresión “grados en la Escala de Richter, aprovechamos para hacer la aclaratoria: no se dice “7.0 grados Richter” porque los “grados Richter” no existen; tampoco se dice “magnitud 7.0 en la escala de Richter” porque para sismos de tal magnitud los científicos no usan la escala de Richter hace más de 30 años. Lo correcto es decir simplemente “magnitud 7.0″ o “magnitud 7.0 en la escala de magnitud de momento” cuyas siglas son Mw. 

YA NOS PASÓ / Se cumplen 121 años del Gran Terremoto de Mérida




Un aspecto de los daños ocasionados por el Terremoto de 1894 en la iglesia de Tovar


El 28 de abril del año 1894 la ciudad de Mérida, y en general toda la zona andina de Venezuela, sucumbió ante el peor sismo que recuerden sus habitantes.
Aunque hay relatos de un cataclismo ocurrido en 1610, cuando la población era escasa y disgregada, fue el Terremoto de 1894 el que con mayor dureza ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades heredadas y las que nosotros mismos habíamos construido hasta ese luctuoso 1894.
Jaime Lafaille y Raúl Estévez, ambos reconocidos científicos que trabaja en la Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico (Fundapris) de la Universidad de Los Andes y para el Centro de Investigación en Gestión Integral del Riesgo (CIGIR),  en el escrito “Sismicidad y prevención sísmica en los andes venezolanos”, nos presentan algunas consideraciones a la hora de hacer lectura de las historias escritas que produjo aquel evento natural.

“El último gran terremoto registrado en los Andes Venezolanos fue el evento de magnitud 7 ocurrido el 28 de Abril de 1894, con un epicentro cercano y al suroeste de Mérida. En esta oportunidad murieron unas 350 personas y varias poblaciones y aldeas fueron destruidas dentro de una amplia región comprendida entre Tovar y Mérida por el sureste y la zona sur del Lago de Maracaibo por el noroeste”. Agregan los  sismólogos que en esa oportunidad fueron destruidas las poblaciones de “Tovar, Santa Cruz de Mora, Mesa Bolívar, Chiguará y Mérida, por mencionar sólo las más importantes”.
Además, basándose en  datos aportados por Centeno Grau (1940) estiman que el área afectada por las ondas sísmicas abarcaron una superficie de unos siete mil kilómetros cuadrados, abarcando desde Trujillo en Venezuela, donde se derrumbó la torre de la iglesia de San Francisco, hasta cerca de Pamplona (en Colombia), siendo especialmente intenso en la región comprendida entre Bailadores y Tabay (en ambas pueblos se derrumbaron las iglesias)”.
Complementan sus datos, tanto Lafaille como Estévez, con el hecho de que en el presente, “toda la zona de fallas de Boconó, desde la depresión del Táchira en su extremo suroeste hasta el Mar Caribe al noreste, es sísmicamente activa. La mayoría de los eventos más grandes se alinean bien con la traza principal de la Falla de Boconó, mientras que los más pequeños, así como unos pocos grandes, están dispersos dentro de un corredor de varias decenas de kilómetros de ancho, adyacente a esta traza, lo que indica que muchas de sus fallas subsidiarias son igualmente activas”.

La realidad es que esta semana, cuando Mérida recuerde los 121 años del Terremoto de 1894, no sólo tenemos que hacer un gesto de respeto al pasado, sino definir, con mayor respeto, qué vamos a hacer ante el futuro.

domingo, 19 de abril de 2015

FIRMA / Funvisis y la ULA fortalecen el monitoreo y estudio de eventos sísmicos

La principal casa de estudios del occidente de Venezuela y Funvisis acentúan sus vínculos. En este caso Funvisis se apoyó en el proyecto denominado Geociencia Integral de los Andes de Mérida (Giame) para entregar a la ULA un conjunto de modernos equipos que estarán ubicados en las instalaciones del Laboratorio de Geofísica de la Facultad de Ciencias, en La Hechicera.


Los equipos que aporta Funvisis a la ULA son parte del proyecto Geociencia Integral de los Andes de Mérida.


La Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) y la Universidad de Los Andes (ULA), firmaron un comodato de entrega de equipos informáticos y sismográficos, con la finalidad de socializar conocimientos científicos para ser utilizados en el registro de información sísmica, con fines académicos.
Funvisis cedió en calidad de préstamo estaciones portátiles de registro sismológico, computadoras, sistemas de posicionamiento global (GPS), entre otros. Estos equipos fueron adquiridos con recursos del Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit), en el marco del proyecto denominado Geociencia Integral de los Andes de Mérida (Giame).
Mediante la vigencia del contrato que durará 15 años, se determinó que los equipos estarán ubicados en las instalaciones del Laboratorio de Geofísica de la Facultad de Ciencias de la ULA, institución educativa que se comprometió a destinar los equipos científicos para el registro de información sísmica regional, con fines de orden académico.
En este sentido, Aura Fernández, presidenta de Funvisis, indicó “históricamente Funvisis ha trabajado de la mano con el Laboratorio de Geofísica de la Facultad de Ciencias de la ULA en el seguimiento de la actividad sísmica en la región, así como los estudios que en ella se realizan, no solo con fines educativos, sino también para crear planes conjuntos con las autoridades locales que permitan la reducción del riesgo por sismo en los Andes”.

Efectivo convenio

A través de este tipo de convenios Funvisis, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (Mppeuct), sigue demostrando la disposición e impulso constante para socializar conocimientos científicos, en el marco de la reducción de riesgo sísmico.
Información tomada del portal de Funvisis. Accesible en: www.funvisis.gob.ve



El Laboratorio de Geofísica de la ULA, ubicado en la Facultad de Ciencias, será el custodio de los equipos.

YA NOS PASÓ / El epicentro del Gran Terremoto de Los Andes se ubicó en Chiguará


Chiguará fue una de las poblaciones que más sintió el sismo. / Foto: Cortesía pueblosdevenezuela.com

El próximo 28 de abril Mérida recordará el aniversario número 121 del llamado Gran Terremoto de Los Andes, ocurrido en el año 1894.

Según los estudios que se han efectuado en torno a este importante acontecimiento histórico, el terremoto del 28 de abril de 1894 puede considerarse uno de los más intensos ocurridos en suelo venezolano ya que la magnitud estimada fue de 7.0.

El epicentro se ubicó en el pueblo de Chiguará, una localidad ubicada a 40 kilómetros de la ciudad de Mérida. Allí los daños fueron cuantiosos pero el movimiento telúrico también afectó a otras 15 poblaciones importantes en el resto del estado y región.

El número de víctimas se estimó en 350, lo cual coloca a este evento como uno de los más letales en la historia venezolana.

Ese 28 de abril de 1894, a tempranas horas de la noche, los merideños de diversas partes de la entidad comenzaron a notar extraños comportamientos en los animales, tales como el movimiento nocturno de gran cantidad de serpientes, aves dejando sus nidos y volando lejos en horas de la noche, entre otros comportamientos que fueron documentados con curiosidad, por los periodistas e historiadores. Luego, antes de las 10:15 pm de la noche, el sismo azotó el estado.

Ya nos pasó… nos puede volver a pasar.




FUE NOTICIA ESTA SEMANA



NICARAGUA

Un país ensaya un seguro
ante efectos de desastres


Por su ubicación Nicaragua es susceptible al impacto de varias amenazas a partir de fenómenos naturales.

Nicaragua se convirtió en el primer país centroamericano en sumarse al mecanismo de seguros por riesgo ante desastres naturales. Esta acción es considera un logro, pues como antecedente, el país ha sido golpeado por huracanes, terremotos, deslaves, tormentas y la afectación por el cambio climático.
El Consejo de Ministros de Hacienda o Finanzas de Centroamérica, Panamá y la República Dominicana (COSEFIN), entre otros entes, firmaron un acuerdo que le permite a países centroamericanos adherirse formalmente para tener acceso a seguros por riesgo de desastres, con alta calidad y a bajos costos.
Para Abdel García, oficial de gestión de riesgo del Centro Humboldt tener un seguro ante desastres es una necesidad que se había planteado desde hace años, sin embargo, el país no contaba con los mecanismos y si ahora se implementa dijo que se debe valorar si el seguro va a ser integral. / Con información de: www.laprensa.com.ni


PANAMÁ

Lanzan programa escolar
de GRD de cobertura nacional

Los ministerios de Gobierno y Educación de la República de Panamá, se unieron para lanzar el Programa de Gestión Integral de Riesgo a Desastres en los Centros Educativos,  el cual cubrirá todas las escuelas públicas y privadas del país.
El Sistema Nacional de Protección Civil de Panamá (Sinaproc), ha coordinado junto al Ministerio de Educación este programa, el cual orientará a la comunidad educativa en el  fortalecimiento e implementación de acciones para prevenir y responder en situaciones de emergencias o desastres, reduciendo las vulnerabilidades, riesgos, protegiendo y evitando accidentes, ya sea por causas naturales o antrópicas (de origen humano).
El Gobierno de la República de Panamá busca la integración de un equipo interinstitucional para capacitar, evaluar y monitorear el desarrollo del Programa GIRD en los centros educativos del país, garantizando así la reducción de vulnerabilidades y por ende la disminución significativa del riesgo.

Por su parte, Marcela de Paredes, ministra de Educación destacó que es la primera vez que un programa como este se realiza, “es un trabajo en equipo entre todas las instituciones que tienen la responsabilidad con los centros escolares”. / Información tomada parcialmente del sitio: http://laestrella.com.pa/

Una vista del acto en el que autoridades panameñas informaron del lanzamiento del proyecto de GIRD en espacios escolares. / Foto de: http://laestrella.com.pa/



domingo, 12 de abril de 2015

Alejandro Liñayo: Al talento humano hay que sumarle más interés del trabajo en equipo

La operación 38 K Resurrección que terminó con el feliz hallazgo de nueve ciclista perdidos en el páramo de La Culata, demostró que en Mérida hay instituciones altamente capacitadas para el trabajo de rescate y también existen individualidades capaces de las mejores acciones en las cumbres. “Pero nos falta avanzar en mejorar el trabajo en equipo ya que si algo nos ha enseñado la historia es que todo rescate exitoso es el resultado de la suma y unidad organizada”, sugiere el rescatista y desastrólogo Alejandro Liñayo.

El grupo de ciclistas, celebrando su rescate tras un verdadero Domingo de Resurrección.


Adelfo Solarte
adelfo.solarte@gmail.com

Abril comenzaba oloroso a inciensos. La Semana Santa ocupa la atención de una Venezuela que suele dividirse en dos en períodos de asueto: una parte que viaja y disfruta y  otra parte ocupada de cuidar a los vacacionistas.
El Jueves Santo, 2 de abril, un grupo de nueve ciclistas – la mayoría con buenas condiciones físicas y conocimiento de lo que implica darle al pedal en zona de alta montaña – desaparecieron en algún punto del Parque Nacional Sierra de La Culata.
Inmediatamente se activó la búsqueda, una acción en la que decenas de funcionarios y voluntarios se sumaron.
La acción, coordinada desde la sede de Inparques Mérida – arrojó el feliz resultado del hallazgo, a las 72 horas de haberse declarado la ausencia de los ciclistas. Aún para los menos creyentes, el domingo 5 de abril tuvo un significado concreto en la palabra Resurrección.

Mérida ejemplar

Alejandro Liñayo, quien se define como rescatero y desastrólogo, es una persona apasionada por la montaña.
Desde su visión de experto en Gestión del Riesgo ante desastre y de haber ejercido cargos tan notorios como ser el primer Viceministro de Gestión de Riesgos y Protección Civil de Venezuela, considera que Mérida es un estado ejemplar en lo que se refiere a investigación sobre accidentes de alta montaña, en acciones de rescate en condiciones extremas de montaña y en lo que pudiéramos llamar “suma de individualidades” de gran talento y capacidad en esos difíciles menesteres de rescate en las cumbres más altas del país.
Esos son aspectos positivos incuestionables. Pero en lo que le toca avanzar a Mérida es en lograr mejorar sus capacidades de actuación en equipo. “Creo que precisamente se debe al hecho de que aquí hay mucha gente con capacidad y eso puede dificultar someterse a una autoridad única en un momento dado. Pero en este tipo de acciones especializadas se ha comprado que se debe lograr avanzar en materia de unidad y coordinación bajo un criterio de integración de esfuerzos, no de competencia”, afirma el especialista.

 En esta oportunidad, las labores de organismos como  Bomberos, Protección Civil (Inpradem) y grupos voluntarios fueron exitosas.


Parques más regulados
Para Alejandro Liñayo, además de esa necesaria consciencia de trabajo en equipo, en Mérida sería oportuno avanzar en temas como “la regularización más eficiente de la presencia de los que utilizan los parques nacionales para realizar actividades turísticas o deportivas”, consideró el ex viceministro. Comentó que sería importante, además, tener en cuenta que una vez abierto el Teleférico Mukumbarí, será aún más apremiante atender este tema no sólo en las áreas del Teleférico, sino en donde exista la necesidad de hacerlo.


FUE NOTICIA ESTA SEMANA

VENEZUELA

Presentaron en Valera iniciativa
en GRD apoyada por Cesap



Recientemente en las instalaciones de la sede principal del Centro de Animación Juvenil (CAJ) en la ciudad de Valera (estado Trujillo) , se hizo la presentación oficial del Proyecto Gestión del Riesgos de Desastres, Fortalecimiento de Capacidades y Procesos de Planificación Estratégica Participativa para el Desarrollo Local Sostenible del Territorio a las autoridades municipales. Este proyecto es financiado a nivel nacional por la Unión Europea y coordinado en su ejecución por el Cesap.
El proyecto vislumbra contribuir a la reducción de desastres en el ámbito local, al logro de la resiliencia y a una mayor conciencia pública acerca de la importancia de la gestión de riesgos, todo esto, a través de la toma de conciencia en los funcionarios públicos municipales y otros actores locales, además de favorecer el fortalecimiento de la participación ciudadana en los procesos de planificación del desarrollo local.
La propuesta estuvo a cargo del coordinador general de Proyectos de dicha organización, licenciado Andrés Hoyos y del Promotor del Proyecto, profesor Walter Mendoza, quienes en su participación hablaron sobre la importancia de mitigar la vulnerabilidad a la que están expuestos los valeranos por la acumulación de procesos sociales, políticos y económicos errados, que nos han perjudicado en los últimos años en diferentes sectores de nuestra urbe, además de la necesidad de hacer un plan de trabajo de concientización de todos los factores involucrados para poder tener entonces un municipio con mayor participación ciudadana y más seguro. / Diario El Tiempo



CUBA

La formación humana
es un gran apoyo en la GRD

El doctor Eduardo R. Álvarez, ganador del Premio de la Academia de Ciencias (ACC) en el 2014, afirmó que Cuba rompe hoy el tabú de la gestión de riesgos como privativa de países desarrollados.

El profesor de la Facultad de Construcciones de la Universidad de Oriente obtuvo ese reconocimiento al frente de un equipo de investigadores con el proyecto Gestión de riesgos ante desastres naturales de las obras estructurales y viales de la provincia de Santiago de Cuba.

Álvarez consideró que los resultados de ese programa científico demuestran que cualquier nación, aunque no cuente con todos los recursos materiales y financieros, puede impulsar estas concepciones a partir, fundamentalmente, de una adecuada formación de los necesarios recursos humanos./ Prensa Latina





YA NOS PASÓ / Las inundaciones del 2011 fueron severas en el Sur del Lago



El Sur del Lago sufrió en 2011 una de sus peores inundaciones.


Cuando llegó el mes de mayo del año 2011,  las comunidades ubicadas en  el Sur del Lago de Maracaibo llevaban más de tres meses de lluvias continúas.

Ese mes de mayo, las inundaciones dieron por ciertos los estudios de la Organización de Naciones Unidas en los que se confirma que 99 de cada 100 desastres en Latinoamérica son causados por lluvias, inundaciones, olas de calor, sequías y deslizamientos.

Nos referimos a  todo eso que solemos agrupar en los denominados eventos de tipo hidrometeorológicos.

A los cientos de damnificados que generaron las tormentas en conjunción con una población vulnerable se sumó un negativo impacto en la producción de alimentos que provienen de esa zona.

Y es que una inundación severa  también puede ahogar la comida y en aquella ocasión nos quedamos hasta sin plátanos.

Ya nos pasó… nos puede volver a pasar.