viernes, 6 de febrero de 2015

YA NOS PASÓ / En 1950 El Tocuyo sufrió un destructivo terremoto




 Los efectos del terremoto de El Tocuyo fueron calificados como graves por las autoridades venezolanas, allá por el año 1950.


Entre los eventos sísmicos que más daños han causado en la Región Centro Occidental del país, en lo que se refiere al Siglo XX,  destaca el llamado Terremoto de El Tocuyo, ocurrido a las 5:50 de la tarde del  día 3 de agosto del año 1950.

Para ese entonces una evaluación emprendida por el gobierno nacional encontró que el 93% de las casas y edificios se desplomaron por efectos del movimiento que cobró la vida de 15 personas.

Este terremoto, que también afectó a la ciudad de Barquisimeto, se originó en la falla de Boconó cerca del pueblo de Carache en el vecino estado Trujillo.

Ya nos pasó… nos puede volver a pasar





En el manejo de emergencias y desastres las redes sociales son buenas consejeras





 De a poco la comunicación gana espacios formales en la gestión de los riesgos ante desastres de origen natural y en aquellos causados por el hombre. En esa dinámica, los aportes desde los social media, encarnados por las redes sociales, pueden representar un gran paso en el camino de guiar actuaciones más eficientes de los organismos de respuestas y en general, de todos los actores que se mueven en torno al riesgo.




Los organismos de respuestas, tal es el caso de bomberos y Protección Civil, deben incluir un eficiente manejo de las redes sociales en sus acciones. / Foto: AS



Adelfo Solarte
adelfo.solarte@gmail.com



Un tuit oportuno solicitando ayuda puede ser dramáticamente útil para una persona atrapada bajo escombros de un edificio colapsado por un terremoto.
Pero semanas antes de ese supuesto terremoto, un tuit eficientemente gestionado en las vastas aguas de las redes sociales, pudo haber ayudado a construir una mejor capacitación ciudadana al respecto de los sismos.
Es decir, las redes sociales más famosas como Facebook, Twitter o Instagran más allá del muy marcado aspecto de herramientas de divertimiento y socialización que les caracteriza, también pueden ponerse al servicio de cruzadas tan urgentes como las que intenta construir la gestión de riesgos ante desastres.
Una periodista venezolana pero radicada desde hace más de una década en Santo Domingo, Capital de la República Dominicana, lleva varios años construyendo un discurso convincente que busca lograr la comprensión por parte de los agentes protagónicos de las iniciativas para la gestión de riesgos, en torno a la inclusión del manejo de los recursos de los Social Media como elementos determinantes de la gestión de riesgos y reducción de desastres.

Conciencia 2.0

Ceinett Sánchez, es autora de dos libros referenciales en el tema de la comunicación basada en el uso de redes sociales en el campo de la gestión de riesgos ante desastres: “Comunicación, Emergencias y Desastres: Periodismo Ciudadano Digital”, editado en el año 2012, y “#SoyPreventivo Redes Sociales, Seguridad & Emergencias”, que fue bautizado a mediados de noviembre del año 2014.
Sánchez considera que los organismos con competencia directa en el tema de la atención de emergencias y desastres deben tomar conciencia de la tremenda herramienta que representa una administración consciente y coherente de las redes sociales.
Precisamente en esa labor, coordinada las redes sociales de Defensa Civil Dominicana y desde esa responsabilidad busca alentar a otros actores sobre esta necesidad de un acertado manejo comunicacional a partir de las herramienta de la llamada Web 2.0, esa que con una serie de mecanismos tecnológicos permite a cada persona o institución ser un emisor en el mundo de la comunicación.
Como investigadora, Sánchez cuenta con experticia en el área de las Comunicaciones y Relaciones Públicas de la Universidad del Caribe en Santo Domingo desde el año 2006. Desde el 2011 asumió la coordinación Social Media de la Dirección de Innovación y Tecnología de UNICARIBE además de haber obtenido el grado de Maestra en Gestión de la Seguridad, Crisis y Emergencias por el Instituto Global de Altos Estudios y el Instituto Ortega y Gasset en Madrid, España.
Por supuesto que Ceinett Sánchez aspira como periodista y comunicadora que no sólo los entes de respuestas asuman el reto de la gestión de las redes sociales sino aquellas personas e instituciones que tienen que ver con la gestión del riesgo o el manejo prospectivo de las condiciones de esos riesgos.
“No se trata de abrir cuentas en Facebook o Twitter sino de generar contenidos apropiados para estas plataformas y hacerlo mediante una consciencia de las potencialidades que pueden encontrarse en estas herramientas”, apunta Sánchez.
En definitiva, se busca que con una orientación acertada, la gestión de riesgos arrope como parte de sus instrumentos, a las redes sociales.






La periodista Ceinett Sánchez trabaja en función de hermanar la gestión de riesgos y el uso acertado de las redes sociales.



Social Media: gran herramienta

Si bien todos sabemos que son los medios de comunicación social tradicionales (básicamente televisión, radio, prensa escrita y cine) los llamados Social Media, corresponden también a “medios de comunicación social pero basados en plataformas de comunicación en línea donde el contenido es creado por los propios usuarios mediante el uso de las tecnologías de la Web 2.0, que facilitan la edición, la publicación y el intercambio de información”.


FUE NOTICIA ESTA SEMANA



MÉXICO

Oaxaca estrena nueva
ley de PC y riesgos

En apego a la nueva Ley de Protección Civil y Gestión de Riesgos y Desastres para el Estado de Oaxaca, que se publicó los primeros días del mes de enero en el Periódico Oficial, el Gobierno del Estado dio a conocer una serie de beneficios que la nueva normatividad traerá para la población oaxaqueña.
Entre ellos, figura el cambio de nombre del Instituto Estatal de Protección Civil cambia nombre a Coordinación Estatal de Protección Civil de Oaxaca (CEPCO), como parte de la homologación a nivel nacional en la materia.
En conferencia de prensa el titular del organismo, Felipe Reyna Romero, detalló que esta nueva ley obliga en primera instancia a las autoridades municipales a constituir sus consejos municipales de protección civil, así como también el cambio de denominación de unidad municipal a coordinación municipal. / Información tomada a partirdel sitio: http://nssoaxaca.com/



EL SALVADOR

Taiwán apoya iniciativa
de gestión ambiental

El Salvador y Taiwán firmaron un convenio de cooperación mediante el cual ese país asiático brindará acceso a tecnologías para vigilancia ambiental, gestión de riesgos y de desastres naturales en territorio salvadoreño.
El canciller salvadoreño, Hugo Martínez, y el embajador taiwanés en El Salvador, Andrea Lee, suscribieron el memorándum de entendimiento para la aplicación de Sensores Remotos (SR) y Sistemas de Información Geográfica (SIG), según un boletín de la Cancillería.

Apuntó que el acuerdo tiene "el fin de facilitar la aplicación de tecnología para el monitoreo ambiental y desarrollo del sector agropecuario y forestal nacional, específicamente, en el área de gestión de riesgos y desastres asociados al cambio climático". / Información tomada a partir del sitio: www.laprensagrafica.com

lunes, 12 de enero de 2015

Haití: los desastres recurrentes impiden concentrarse en la gestión de riesgos

Cinco años después del terremoto, las agencias de ayuda sostienen que se han logrado progresos en instruir a las comunidades sobre lo que tienen que hacer cuando se presenta un desastre, incluyendo sistemas de advertencia temprana, ejercicios de simulación e identificación de albergues. Pero cada desastres ocupa la atención que debía dirigirse hacia los problemas de fondo.




Por Anastasia Moloney / Thomson Reuters Foundation / Material tomado de la página: http://es.investing.com/


Claude Enrico sobrevivió al terremoto que devastó Haití hace cinco años y ayudó a rescatar a las personas que quedaron atrapadas entre los escombros en la destruida capital Puerto Príncipe.
Ahora se dedica a salvar más vidas en el país caribeño, propenso a los desastres.
Ubicado sobre dos fallas geológicas y en la trayectoria de huracanes, Haití está entre los países con mayor riesgo de sufrir desastres naturales en el mundo, incluyendo inundaciones, tsunamis y sequías.
El terremoto, de magnitud 7, que sacudió el país el 12 de enero del 2010, dejando más de 220.000 muertos, fue una llamada de advertencia para el Gobierno y las agencias de ayuda internacional sobre la imperiosa necesidad de proteger a los haitianos de los desastres y generar una resistencia entre las comunidades para tolerar los impactos.
"Tenemos que aprender a vivir con los fenómenos naturales", dijo Enrico, de 37 años, un funcionario de protección civil del Ministerio del Interior de Haití.
"Es inevitable que se produzcan año tras año. Por lo que debemos entrenar a las personas sobre lo que deben hacer en una emergencia y asegurar que las familias tengan un plan de evacuación", agregó.

Red de Voluntarios

Enrico pertenece a una red de 3.000 voluntarios recién entrenados y personal a sueldo, creada a raíz del terremoto, que trabaja en las 10 provincias de Haití.
Capacitados en primeros auxilios y respuestas a emergencias, están al frente de los esfuerzos del Gobierno para garantizar que Haití esté mejor preparado para enfrentar los desastres y pueda salvar más vidas.
"Todavía nos faltan equipos, bomberos y más personas tienen que ser entrenadas. Pero las comunidades son más conscientes sobre cómo estar seguras. Uno de nuestros mensajes claros es decirle a la gente que no cruce los ríos durante una inundación porque es así como a menudo las personas mueren", dijo Enrico en el Centro Nacional de Operaciones de Emergencia (COUN) en el centro de Puerto Príncipe.
Construido en el 2010 después del terremoto, el centro es el lugar dónde se reúnen los ministerios del Gobierno y las agencias de ayuda para coordinar la respuesta a los desastres. El centro, que incluye un depósito que contiene agua, colchones, kits de higiene y alimentos, ha sido puesto a prueba.
Una epidemia de cólera en octubre del 2010, que causó la muerte de más de 9.000 personas, tuvo lugar, seguida de varias tormentas tropicales, incluido el huracán Sandy, que mató a 54 personas y obligó a 100.000 haitianos a evacuar sus hogares en el 2012.
"En Haití, es la acumulación y combinación de desastres lo que ejerce presión en el Gobierno y la gente", dijo Thomas Pitaud, asesor técnico principal del Gobierno en sistemas nacionales de gestión del riesgo de desastres.
Cada año en partes de Haití, casas y animales son arrastrados, los campos inundados, las cosechas de alimentos y las tierras de pastoreo destruidas por tormentas e inundaciones, lo que eleva el precio de los alimentos.
Con un 60 por ciento de la población de 10 millones de haitianos viviendo con menos de 2 dólares diarios, incluso una pequeña alza en el precio de los alimentos puede significar que las familias no logren llevar suficiente comida a la mesa.

Preparación para desastres

Cinco años después del terremoto, las agencias de ayuda sostienen que se han logrado progresos en instruir a las comunidades sobre lo que tienen que hacer cuando se presenta un desastre, incluyendo sistemas de advertencia temprana, ejercicios de simulación e identificación de albergues.
Otros proyectos incluyen la construcción de muros de contención y canales de drenaje, junto con planes de protección de cuencas y diques para conservar los suministros de agua y reducir el impacto de las inundaciones y los deslizamientos de tierra.
Pero esos esquemas, junto con los esfuerzos de haitianos como Enrico, tienen sus limitaciones para reducir la alta exposición a los desastres que enfrenta Haití.
En primer lugar, se han logrado muchos menos progresos de lo esperado en la reducción de riesgos de desastres, y en hacer más seguras todas las nuevas viviendas, hospitales y escuelas que se construyen para resistir un terremoto.
"Hay un ambiente que está muy degradado", dijo Pitaud, quien también trabaja para el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD) en Haití.
"Estamos respondiendo constantemente a una catástrofe tras otra, de modo que es difícil enfocarse a reducir los riesgos en el largo plazo y obtener financiación", aseveró.

FUE NOTICIA ESTA SEMANA



COLOMBIA

ONU premia sistemas
de información de riesgos

La capital colombiana y el estado de Paraná en Brasil fueron reconocidos por Naciones Unidas como los sitios más innovadores en materia de adaptación al riesgo climático, informó el organismo internacional en Bogotá.
El Sistema de Información de gestión de riesgo y cambio climático (SIRE) de Bogotá, Colombia, y el Sistema informatizado do defesa civil estado do Paraná (SIDS) tienen programas innovadores para reducir los riesgos en desastres y adaptación al cambio climático.
El reconocimiento fue hecho por la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) y estos dos casos serán presentados durante la Conferencia Mundial para la Reducción del Riesgo de Desastres (WCDRR), a realizarse en Sendai, Japón, del 14 al 18 de marzo próximo.
La UNISDR, a través de su Oficina Regional para las Américas, hizo recientemente una convocatoria cuyo propósito era contribuir a la elaboración de un catálogo de buenas prácticas en el uso de sistemas de información.





ALEMANIA

Muertes por desastres
se redujeron en 2014


Las catástrofes vinculadas a fenómenos naturales, causaron en 2014 no solo un número menor de víctimas, sino además muchos menos costes en daños, exactamente, la mitad de la media registrada durante la última década.
Como bien explica el estudio de Munich RE, esto se debe principalmente, a los grandes avances y mejor funcionamiento de los sistemas alerta precoz para las grandes catástrofes. Mejoras técnicas que salvan millones de vidas.
Una de las catástrofes que mayores costes ha provocado en el año 2014, ha sido el terrible ciclón Hulhud, que golpeo con fuerza el pasado octubre en la costa este de la india con vientos de hasta 200 km/h y fuertes lluvias que dejaron a su paso múltiples inundaciones. El avance de este ciclón dejó tras de sí 22 muertos, decenas de heridos y miles de desplazados, por no mencionar los costes en infraestructuras dañadas y de ganado muerto o desaparecido.

Por último, Munich RE, avisa del peligro que se contrae al infravalorar los riesgos que puede desencadenar una catástrofe, de la que en la mayoría de las ocasiones no se conoce realmente la magnitud del desastre. / Con información tomada de: www.lasemana.es


YA NOS PASÓ / El gran terremoto de oriente del año 1766





Bien saben los sismólogos que el Oriente de Venezuela, sobre todo en el estado Sucre,   sea, tal vez, la zona del país con el mayor potencial sísmico.

Esta certeza viene de una historia sísmica con sobrados ejemplos de destrucción.  Uno de los terremotos  ocurridos en Venezuela y que   mayor significación histórica tiene como evento telúrico sea el sismo ocurrido a las 4:30 de la mañana del día 21 de octubre del año 1766. 

Los reportes recogidos a lo largo de los siglos dejan muy clara una cosa: Cumaná y varias decenas de pueblos quedaron en ruinas. No es exagerado decir que toda Venezuela se estremeció.


Ya nos pasó… nos puede volver a pasar

Municipios fuertes, ciudades resilientes


En un orientador editorial el Diario El Litoral, ubicado en la ciudad de Santa Fe, en Argentina, analiza la importancia de fortalecer a los gobiernos locales y la participación de la comunidad en la toma de decisiones como temas claves en la gestión de riesgos. La ciudad de Santa Fe es famosa por sus avances en materia de gestión de riesgos pero, a la par, por enfrentar inundaciones que han puesto a prueba la solidez institucional y la capacidad de organización del gobierno y sus ciudadanos.



Las ciudades deben enfrentar situaciones de desastres pero también la responsabilidad de revisar su actuación frente a esos sucesos para avanzar en el camino de la gestión de riesgos.

La resiliencia, definida como la capacidad de superar una situación adversa o límite, y salir fortalecido de esa experiencia, aparece desde hace algunos años como tema central en la gestión de varios municipios latinoamericanos y del mundo.
Es también uno de los conceptos que estuvo presente en el Congreso Mundial de Derecho, Política y Gestión de Riesgos de Desastres que reunió en la ciudad de Santa Fe, de Argentina,  a juristas, académicos, científicos y autoridades de gobierno para aportar, entre otros puntos, a las agendas internacionales en torno a la reducción y gestión de los riesgos de desastres, y a la elaboración de recomendaciones y propuestas con vistas a próximos foros en esta materia.
Santa Fe tiene mucho para sumar: la capital santafesina obtuvo el reconocimiento de Naciones Unidas como ciudad modelo en la campaña Ciudades Resilientes y recibió en 2011 el premio Sasakawa por haber realizado esfuerzos significativos en la reducción del riesgo de desastres. Tal reconocimiento la coloca en un lugar de alto perfil, tanto en materia de participación a través de las experiencias ya desarrolladas, como de acciones concretas “puertas adentro” de la gestión urbana.
La catástrofe de 2003 (inundaciones) dejó al descubierto la ausencia no sólo de obras para evitar el desborde del río Salado sobre la ciudad, sino también de planes para hacer frente a ese fenómeno y para acompañar rápidamente a los damnificados.
Cuatro años después, en este caso por lluvias, la ausencia de un proyecto que permita minimizar el daño y restablecer la normalidad luego de una lluvia inusual volvió a ser evidente; miles de familias debieron abandonar sus hogares, nuevamente ganados por el agua.
Desde entonces cambiaron planes y gobiernos, se incorporaron al uso común términos que resultaban ajenos más allá del ámbito técnico y científico, y se decidió trabajar a conciencia en la prevención y la concientización.
La importancia de fortalecer a los gobiernos locales, los más cercanos a la comunidad en el momento en que se produce una catástrofe, y la participación de esa misma comunidad en el conocimiento de los riesgos a los que está expuesta por habitar determinado territorio, son ahora conceptos plenamente incorporados a la gestión pública y a los medios de comunicación.
En Santa Fe, con una geografía típica de llanura, el río es a la vez una fuente de ingresos económicos y un referente turístico fundamental, pero también una amenaza. Hacia el conocimiento de esta situación, la planificación de las obras que resulten un verdadero alivio ante el comportamiento natural de los cursos de agua y el ordenamiento territorial para evitar la ocupación de zonas inundables parecen orientarse los principales esfuerzos de las actuales gestiones, con la convicción de que la reducción del riesgo no puede ser vista como un gasto sino como una inversión. Todo lo que se haga para tener una ciudad bien preparada, una comunidad informada y un gobierno comprometido tanto en acciones de largo aliento como en tareas cotidianas suma para hacer real ese concepto inicial, el de resiliencia, por el que esta capital fue reconocida.


Sobre el derecho a saber

El derecho a la información, otro de los aspectos abordados en el mencionado Congreso Mundial, resulta a esta altura un aspecto vital para el correcto manejo de cualquier plan de contingencia.
Es que nuestra región no escapa a un fenómeno que viene creciendo de manera sostenida y acelerada en los últimos años, como es el crecimiento de las ciudades, todo un desafío para la gestión de los recursos naturales.