lunes, 18 de mayo de 2015

YA NOS PASÓ / El sismo más grande de la historia: Terremoto de Valdivia de 1960

 
Mayo de 1960: un mes de ingrata recordación para los chilenos.

El Megaterremoto de Valdivia de 1960, conocido también como el Gran Terremoto de Chile, fue un sismo ocurrido el domingo 22 de mayo de 1960 a las 3:11 de la tarde hora local.

Su epicentro se localizó en las cercanías de Lumaco, provincia de Malleco, Región de la Araucanía, y tuvo una magnitud de 9,5 MW, siendo así el más potente registrado en la historia de la humanidad.

Junto al evento principal, se produjo una serie de movimientos telúricos de importancia entre el 21 de mayo y el 6 de junio que afectó a gran parte del sur de Chile.

El sismo fue percibido en diferentes partes del planeta y produjo tanto un maremoto —que afectó a diversas localidades a lo largo del océano Pacífico, como Hawái y Japón— como la erupción del volcán Puyehue —que cubrió de cenizas el lago homónimo—.

Se estima que esta catástrofe natural costó la vida de entre 16.555 y 20.006 personas, y dejó damnificados a más de 2 millones.

Ya nos pasó… nos puede volver a pasar


lunes, 11 de mayo de 2015

ANÁLISIS / Desastres en la pantalla y en la realidad

El siguiente trabajo ha sido tomado por su actualidad y vigencia sobre un aspecto que corre paralelo, cual verdadera falla, junto al tema de la respuesta organizada ante los desastres ¿Contribuyen a crear consciencia o inmovilizan las películas sobre desastres que vemos en las pantallas del cine? Marcelo Stiletano, articulista del Diario La Nación,  revisa esta cuestión a la luz de dos estrenos cinematográficos anunciados para este año.

La película Everest se asoma en los cines este año, con una propuesta sobre los efectos de la altura.

Por: Marcelo Stiletano
mstiletano@lanacion.com.ar  

En la tarde del jueves 23 de abril, tres días después de haber sido consagrado como el "director internacional del año" en CinemaCon, la convención anual de los dueños de cines en Estados Unidos, el islandés Baltasar Kormákur vaticinó desde un salón de Las Vegas que su nueva película será "una gran y estremecedora aventura dramática con el tono íntimo de una producción independiente". Esas palabras sirvieron como presentación de Everest, cuyas imágenes se exhibieron allí, por primera vez, ante algunos de los nombres más poderosos de Hollywood.
Everest recupera en el cine una historia real de sobrecogedores ribetes narrada en un extraordinario libro, Mal de altura. Su autor, el periodista Jon Krakauer, fue uno de los sobrevivientes de la catastrófica expedición al Everest de mayo de 1996, en la que murieron 12 personas. El trágico hecho hizo que el mundo descubriera que el pico más alto del mundo se había convertido en un destino cada vez más masivo, casi turístico, y desató un debate que perdura hasta hoy: ¿tiene sentido que personas sin otra experiencia en la máxima exigencia de la alta montaña que el entusiasmo, se propongan llegar a la cima del Everest guiados por expertos sólo porque tienen dinero para pagarlo?
Krakauer comienza la novela con un espeluznante relato sobre lo que experimenta un organismo en la cima del mundo. "A 8848 metros, en la troposfera, me llegaba tan poco oxígeno al cerebro que mi capacidad mental era como la de un niño retrasado. En aquellas circunstancias, poca cosa podía sentir a excepción de frío y cansancio", escribe. No se trata de un simple triunfo deportivo. Es una cuestión de vida o muerte.
Quienes vieron el anticipo de Everest e imaginaron otro triunfo del cine de gran impacto, con el público entusiasmado por el dramatismo de la historia y la crítica atenta al trabajo de un realizador europeo de origen independiente junto a un elenco de confiables estrellas (Jake Gyllenhaal, Robin Wright, Josh Brolin, Jason Clarke, Keira Knightley), dejaron muy pronto de pensar en el espectáculo y empezaron a angustiarse con la realidad. La película se estrenará en la Argentina el 17 de septiembre.
Dos días después de la triunfal presentación de Kormákur, la tierra se movió en la puerta del Himalaya como nunca desde 1934. El terremoto de magnitud 7.9 que golpeó a Nepal el 25 de abril dejó un saldo todavía provisional de 8.413 muertos, 17.576 heridos, 260 desaparecidos y una estela de destrucción y dolor. Muchas de las víctimas fueron sorprendidas por aludes provocados por el estertor en las alturas del Everest mientras aguardaban en el campamento base el momento del ascenso.
Con la imagen constante de la desolación impresa en todas las pantallas, los mismos ejecutivos que horas antes aplaudían en Las Vegas se vieron forzados a armar reuniones urgentes en Hollywood con sus expertos en marketing. Había que hacer algo con la promoción de un nuevo jubileo del cine catástrofe. Las decisiones no se podían demorar ni un minuto. Faltaba bastante para septiembre, mes de estreno para Everest, pero un nuevo actor aparecía, ominoso, en un horizonte todavía más cercano. El próximo gran tanque de Hollywood es Terremoto: la falla de San Andrés (estreno en la Argentina, 28 de mayo), cuya trama se torna todavía más sensible tras la hecatombe de Nepal.
Quienes viven en California se miran todo el tiempo en ese espejo, eje de la aventura protagonizada por Dwayne Johnson, el máximo héroe actual del cine de acción en Hollywood. Hace años que esperan el Big One, un terremoto de poderío destructor al menos equivalente al ocurrido en Nepal. "Es inevitable que un temblor de ese tamaño nos golpee algún día. Puede ocurrir esta misma noche o dentro de 100 años", advirtió el geofísico David Oglesby, uno de los muchos especialistas consultados en los últimos días, cuando renació en California la necesidad de certezas en estas cuestiones.
Ni Warner postergará el estreno de Terremoto ni Universal hará lo propio con Everest. Los estudios mantuvieron las fechas originales, los posters y los trailers de ambas películas, pero modificarán algunas estrategias promocionales, procurando no afectar sensibilidades e incluyendo información sobre cómo ayudar ante una emergencia así.
De esta manera sigue inalterable una máxima histórica sellada a fuego en Hollywood y expresada por el escritor Wheeler Winton Dixon a The New York Times: "La gente va a ver cine catástrofe para probarse a sí misma que puede atravesar el peor daño posible y sentirse en algún punto inmortal". Eso explica también tanta autorreferencialidad: sólo hay catástrofe (y posible salida) en ciudades de Estados Unidos. Casi nunca en el resto del mundo.
Pero también desde el cine hay otra explicación, más cínica para algunos, más certera para otros, sobre esta actitud. La expresa Christopher Nolan a través de Michael Caine como Alfred, el mayordomo de Bruno Díaz, en Batman: el caballero de la noche. Frente al mal absoluto representado por el Guasón, dice: "Hay hombres que solamente quieren ver arder al mundo". / El texto original de esta nota fue publicado en: http://www.lanacion.com.ar/1791461-desastres-en-la-pantalla-y-en-la-realidad. / El autor Marcelo Stiletano escribe la sección Entrelíneas para el Diario La Nación, de Argentina.







La costa Oeste de los Estados Unidos se apresta a una nueva demolición en las pantallas cinematográficas.

Masoquismo frente a la pantalla

“Hay una ola de extraño masoquismo, extendida sobre todo en Los Angeles y protagonizado por gente que se regodea contemplando las ruinas de la capital mundial del entretenimiento, víctima de todo tipo de ataque. Por allí pasan todo el tiempo hordas de monstruos, zombies, alienígenas y toda clase de criaturas depredadoras (incluidos los terroristas), sin contar una multitud de huracanes, tornados, avalanchas, tsunamis y estallidos volcánicos. Devastadores en todo sentido, pero al fin y al cabo meros apéndices de la madre de todos los desastres: el terremoto”. / Marcelo Stiletano


Comunidad dedica simulacro a la memoria de Jaime Laffaille




En los espacios del Liceo Ezequiel Zamora llevan años trabajando el tema preventivo y este simulacro servirá para mejorar la respuesta. (Imagen tomada del portal http://ezequielzamoramerida.blogspot.com/p/blog-page.html)



El profesor Edgar Rivas, Coordinador Pedagógico de la Unidad Educativa Liceo Ezequiel Zamora, ubicada en el sector Cuenca del Chama de la ciudad de Mérida, informó que este miércoles 13 de mayo, a partir de las 11:00 de la mañana, se realizará una actividad que consiste en un Simulacro de Sismo, en el que participarán distintos entes.
“La invitación la hacemos en nombre de la Comunidad Educativa del Liceo Ezequiel Zamora. Este Simulacro está enmarcado en el Proyecto: Reforzando la capacidad de resiliencia frente a eventos de origen socionatural en el sector Los Periodistas”, explicó Rivas en una nota enviada a los medios.
La actividad es coordinada por el Comité de Ambiente y Salud Integral del Consejo Educativo del Liceo Ezequiel Zamora  y el Consejo Comunal Sector 169.
Para el efectivo desarrollo de la jornada, se tiene prevista la colaboración, apoyo y respaldo organizativo y logístico de Inpradem, la Zona Educativa N° 14,  la Dirección de Educación de Mérida, el Grupo de Rescate Santos Marquina, el Instituto Para la Conservación de la Cuenca del Lago de Maracaibo (Iclam) y Muku en Comunidad.
Los organizadores dedicarán este ejercicio a la memoria del profesor Jaime Laffaille, a manera de Homenaje Póstumo.  
Sobre la figura de Jaime Laffaille, el profesor Rivas comentó que se trató de “un distinguido científico, con una dilatada trayectoria profesional en materia de riesgos ante eventos socionaturales. Además, fue el precursor de la Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico del Estado Mérida (Fundapris), pionera en iniciativas nacionales y regionales en seguridad escolar y galardonada con mención especial en la edición 2003 del Premio Anual Sasakawa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”.
Además los organizadores, en función del homenaje a la memoria de Laffaille, destacaron como importante el hecho de que éste apreciado investigador “siempre estuvo comprometido y dispuesto a colaborar con las comunidades de El Arenal a sabiendas de los riesgos y la alta vulnerabilidad que presenta el sector”. /Adelfo Solarte /CNP:8965


miércoles, 6 de mayo de 2015

OPINIÓN / El último viaje de Jaime



Por: Alejandro Liñayo
  
Durante la tarde del pasado domingo 3 de mayo, quizás aprovechando el cielo despejado y la excelente visibilidad, nuestro ilustre profesor y gran amigo Jaime Laffaille emprendió su último viaje, dejando tras de sí una estela de aportes extraordinarios al quehacer “riesgológico” y sismológico regional, nacional y latinoamericano, y sumiéndonos a quienes tuvimos la fortuna de conocerle y de trabajar con él durante las últimas décadas, en la dolorosa sensación de vértigo que deja su ausencia irreparable.
Jaime nació en la capital del país, sin embargo desde muy joven se radicó en los andes venezolanos, específicamente en la ciudad de Mérida, lugar del que hizo su espacio vital y a cuyos problemas de sostenibilidad urbana le dedicó gran parte de su vida. Se tituló en Física y desarrolló estudios de postgrado en estadística aplicada, además acumuló una experiencia extraordinaria que permitieron que se le reconozca hoy  como un sólido sismólogo, un excelso articulista, un acucioso investigador del historial sísmico y “desastrológico” nacional y regional y como un académico e investigador poseedor de una de las miradas más amplias, integrales y sistémicas de la problemática del riesgo urbano que hemos conocido.
Resulta verdaderamente difícil enumerar las múltiples virtudes tanto personales como profesionales del Prof. Laffaille, no obstante, existe una cualidad que en nuestra  opinión merece ser destacada y que siempre le admiramos: Su autenticidad. Jaime era una persona transparente; llana; su franqueza incluso le llevaba a asumir posiciones “políticamente incorrectas”, particularmente en aquellos espacios de negociación política e institucional en donde son tan importantes los principios maquiavélicos de la diplomacia y de la forma del discurso. Afortunadamente, aunado a su transparencia, Jaime tenía ese don de liviandad que le permitía decir las verdades más duras sin que sus agraviados sintiesen la más mínima hostilidad ni ataque. Por el contrario, en más de una ocasión llegamos a presenciar algunas intervenciones públicas de Jaime en las que, con argumentos contundentes y aplastante crudeza justificaba su oposición férrea a las decisiones que eran tomadas por algunos grupos de poder, para luego evidenciar boquiabiertos, como representantes de esos mismos grupos que acababa de enfrentar se le aproximaban para felicitarle por su excelente presentación y por sus aportes.
La autenticidad de Jaime hizo que siempre priorizase en su agenda como docente e investigador universitario lo que era necesario, sobre lo que era conveniente, incluso aunque ello representase trabas para efectos de su trayectoria docente universitaria. Prueba de ello lo constituye la manera como, habiendo probado previa y sobradamente sus capacidades de elaborar artículos científicos publicables en revistas referadas y válidos para incrementar sus credenciales, se abocó casi por completo a la producción de un sinnúmero de documentos de divulgación pública, documentos como sus invalorables “Notisismos” que con frecuencia pasmosa nos regalaba y que eran hechos esencialmente pensando en el ciudadano de a pie, ese que no lee revistas científicas, pero a quien, en definitiva, era necesario hacer llegar el mensaje. 
Durante su última década de trabajo activo Jaime, quizás un poco cansado de las debilidades, la hipocresía y la indiferencia institucional para con el riesgo de desastres que tanto le apasionaba,  asumió como un apostolado al trabajo directo con las comunidades en riesgo, particularmente en aquellos espacios en donde más se evidenciaba la  marginalidad, la pobreza y la condición de estar sumidas en escenarios inaceptables de riesgo local. Son de antología las anécdotas de sus andanzas junto al Prof. Carlos Ferrer, a lo largo y ancho de los andes venezolanos, y que lo llevaron a desarrollar alianzas y establecer acuerdos de trabajo con líderes vecinales, consejos comunales, bandas armadas, azotes de barrio, etc., y quienes increíblemente Jaime convencía sobre la necesidad de reconocer y trabajar en función de reducir su exposición a eventos adversos.     
Jaime fue siempre una persona integral, equilibrada, e incapaz de negarse a apoyar desinteresadamente a quien lo necesitaba. Con Jaime no solo compartimos la pasión por la reducción del riesgo, también compartimos nuestros gustos por el Rock, por  algunas lecturas, por la practica musical – Jaime era un excelente baterista -, y en general por la vida y sus cosas. En el marco de la rectitud de su proceder, Jaime ostentaba un estado físico envidiable. Sus hazañas como ciclista de montaña eran muy destacadas, y esa pasión por el deporte y su salud integral hacían que su edad fuese siempre indeterminable. Es por ello,  esa profunda sensación de contradicción e incredulidad que nos invadió cuando nos enteramos de la nefasta enfermedad que lo aquejó durante estos últimos años. Una enfermedad que enfrentó estoica y gallardamente, junto a su esposa Floralba, su hija Klaudia, sus hermanos y familiares más cercanos, una enfermedad que sin duda constituyó la batalla más dura que le tocó enfrentar, y que culminó finalmente el pasado domingo cuando este ser extraordinario voló en paz a seguir sus tareas en otro plano.

Adiós Commander. Mil gracias por todo lo que nos dejaste. Ve armándonos la agenda de lo que haremos juntos una vez que te alcancemos… Por lo pronto seguiremos aquí, haciendo  todo lo que esté a nuestro alcance por sostener tu obra y respetar tu legado.  


lunes, 4 de mayo de 2015

Jaime Laffaille: ¿No será que las casas inundan los ríos?


El domingo 3 de mayo se apagó la vida de un merideño excepcional: Jaime Laffaille. Sí, merideño porque aunque nacido en otras tierras supo integrarse a la genética de Mérida en una comunión tan cercana que como era de esperarse termina en una franca unidad sobre la tierra que tanto revisó, al derecho y al revés. Era físico, sismólogo, desastrólogo. Pero todo ese conocimiento lo reinterpretó para hacerlo accesible a los neófitos en placas, fallas y magnitudes.



 Jaime no desperdiciaba ocasión para aclarar  lo que representa para Mérida y Venezuela vivir en un territorio sísmico. Un sismólogo que se esforzó por bajar el conocimiento hasta el ciudadano de a pie / Foto: YD


Adelfo Solarte


Un buen día invitaron a Jaime Laffaille a dar una charla sobre terremotos en un apartado pueblito merideño. Ocupado como estaba y atareado por sus muchos responsabilidades, no se le ocurrió nada mejor que decir que sí. Fue al pueblito y vino como quien regresa de una conferencia de la ONU, con cara de labor cumplida.
Jaime era así: llano, franco, accesible…Disponible. Para él era tan importante atender una preocupación vecinal en una junta de condominio espantada porque “ayer tembló y el edificio se meció mucho”, hasta un cónclave de expertos convocado por la Fundación venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) o cualquier otro ente científico.
Sencillamente decir que no, no era parte de su repertorio de respuesta cuando había la necesidad de informar, decir las cosas, aclarar dudas.
En gran medida los proyectos de Jaime estaban inspirados en una urgencia por compartir conocimientos. Desde aquella intención de darle vida al Ceapris (luego Fundapris) hasta sus artículos, publicaciones y uso de las redes con empeño de esmerado comunicador del riesgo.
Jaime Laffaille siempre estaba allí. Era voz oportuna, claridad ante temas que a veces preferimos no tocar porque implican asumir duras responsabilidades políticas, sociales, económicas y humanas. Y es que como experto en gestión del riesgo de desastres, Jaime sabía que había que poner el dedo en la conciencia pública sobre lo que nos jugamos sino asumimos la prevención, la reducción del riesgo, la comprensión de las amenazas, la naturaleza de nuestras vulnerabilidades.
Atando datos científicos, mezclados con una original y muy acertada forma de exponer nuestra naturaleza humana y nuestros rasgos culturales, Jaime recorrió la historia sísmica de Venezuela y se asomó a eventos tan notorios como el Terremoto y Tsunami de Japón del 2011 para ver en estos acontecimientos, las claves del comportamiento humano ante los fenómenos que expresan el sentir vivo del planeta.
Hablaba de crecidas, de derrumbes, de terremotos, de volcanes y huracanes, de sequías e inundaciones, de crecidas y tornados. Pero nunca habló mal de la Tierra. Siempre dejó en claro que la culpa de los desastres era la suma de nuestra inconsciencia como sociedad pero también de actos con nombres y apellidos que nada tenían que ver con la mala suerte u otras responsabilidades divinas.
Jaime Laffaille se despidió un domingo 3 de mayo de 2015 de Mérida, su telúrico hogar. Se fue el hombre- físico pero quedan sus historias contadas con el mismo rostro de mirada limpia y sonrisa  abierta. De ahora en más, Mérida necesitará leer y darle sentido a cada una de sus historias.




Una vez Jaime se preguntó cómo representar visualmente el riesgo. Con esta imagen lo logró. /Foto: JL



Un Notisismo para aprender

Una de las mejores ventanas para conocer el empeño de Jaime Faffaille por contar de manera interesante, entretenida y creativa aquellos episodios históricos que marcan nuestra actual situación sísmica es el famoso espacio Notisismo. Allí, como diría el mismo, se “echaba el cuento” para que todos entendieran. Lo genial era que esto lo hacía sin perder el dato riguroso, el número exacto, la fuente apropiada. Estaba hecho para aprender. Aquí dejamos la dirección:

 http://www.cecalc.ula.ve/blogs/notisismo

YA NOS PASÓ / Una tormenta sísmica movió a Los Teques

En la ciudad de Los Teques, algunos habitantes de edificios altos prefirieron desalojar sus residencias.

El 4 de mayo del año 2009 una serie de sismos moderados ocurren en la región central del país, asociados a la Falla de La Victoria, con epicentros entre los 13 y los 17 kilómetros al suroeste de la ciudad de Los Teques, la capital del estado Miranda.

En esa ocasión la profundidad aproximada de los eventos que causaron inquietud en la población, fue estimada en 3,5km.

En específico, el primero de los temblores de ese agitado 4 de mayo fue un sismo ocurrido a las 4:40 de la madrugada,  que con una magnitud de 5.4 fue el más intenso de la jornada telúrica. Los efectos de este temblor se reportaron en toda el área central de país, especialmente en la ciudad de Caracas, y además en las poblaciones de San Francisco de Yare, Ocumare del Tuy, Charallave y Santa Teresa. El remesón duró alrededor de 20 segundos.

El segundo sismo fue a las 4:57 del amanecer con una magnitud de 4.0 y el tercero fue a las 10:16 de la mañana con una magnitud de 4.3.

Sobre estos eventos vale apuntar que no generaron daños ni víctimas. Ciertamente dado que tembló desde la madrugada la población del centro del país y región capital vivió momentos de nerviosismo y en algunos casos la intensidad de los movimientos obligó a muchos a desalojar sus viviendas.

Después del temblor principal se registraron 14 réplicas, todas de menor consideración: éstas entre los 2 - 3,5 grados (leves) con diversas profundidades, con epicentros mayoritariamente en Los Teques. Estas réplicas se ubicaron en las fallas de San Sebastián, Boconó y La Victoria; debido a la activación sísmica propia de la región del país.




FUE NOTICIA ESTA SEMANA


NICARAGUA
Firman convenio binacional
sobre gestión de riesgos

Autoridades del Sistema de Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) de Nicaragua y representantes de la Comisión de Cascos Blancos de la Cancillería de Argentina firmaron un convenio de cooperación para intercambiar experiencias en temas de gestión de riesgos.
El convenio fue suscrito por los co-directores del Sinapred, Guillermo González y Yadira Meza, y el presidente de la Comisión de Cascos Blancos, Gabriel Ive.
González explicó a periodistas que el convenio tiene como fin establecer un proceso de cooperación que permita fortalecer a ambas instituciones y aprovechar las experiencias de ambos países en el tema de gestión de riesgos.
La idea, según dijo, es “prepararnos mejor para asegurar que nuestra gente se mantenga en integridad, independientemente de las circunstancias”.


VENEZUELA
En Anzoátegui aprobaron Ley
del Sistema Integrado de Riesgo



Con el propósito de unificar todas las acciones y medidas a implementar, los diputados del Consejo Legislativo del estado Anzoátegui (Cleanz) aprobaron la Ley del Sistema Integrado de Gestión de Riesgo, Administración de Emergencias de Carácter Civil y Desastres de la entidad.
El presidente del ente legislativo, Nelson Moreno, manifestó que esta normativa legal tiene como objeto crear y regular la competencia y funcionamiento del sistema integrado de gestión de riesgo, administración de emergencias de carácter civil y desastres, destinado a la prestación directa y obligatoria del servicio de protección civil, gestión integral de riesgos y bomberos en Anzoátegui.
“Con la unificación de criterios por parte de los organismos de prevención; se espera garantizar una mejor atención a los ciudadanos”.
Moreno explicó que este nuevo sistema permitirá coordinar y regular las acciones de prevención, mitigación, preparación, repuesta y rehabilitación que le permite al pueblo el goce pleno de sus derechos frente a las situaciones que representen amenazas, vulnerabilidad y riesgo.
El director de Protección Civil, Ángel Muñoz explicó que esta ley que consta de 46 artículos tendrá como función primordial la prevención de riesgos atendiendo a sus realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales y económicas integrando los esfuerzos interinstitucionales. / Prensa Cleanz